REALIZADO POR LA AGENCIA JAPONESA DE LA ENERGÍA ATÓMICA
La Agencia Japonesa de la Energía Atómica (JAEA) ha completado el primer estudio detallado de contaminación en el aire junto a la central nuclear de Fukushima y ha confirmado altos niveles de radicación, ha informado el diario Asahi.
El organismo público, encargado de la promoción y la investigación con energía nuclear, logró realizar una medición del área más cercana a la central, en un radio de tres kilómetros en torno a la planta, mediante el uso de un helicóptero con control remoto.
Hasta ahora no se había podido analizar la radiación aérea en este sector debido a que era contigua a los reactores dañados por el tsunami del 11 de marzo 2011.
Gracias al helicóptero no tripulado, que realizó las mediciones a finales del pasado año, la JAEA ha detectado más de 19 microsieverts por hora a un metro sobre el suelo en las áreas inmediatamente al sur y al oeste de la planta, según los datos recién publicados.
Aunque las lecturas fueron menores (entre 9,5 y 19 microsieverts por hora) hacia el noroeste, la institución destacó que ahí los niveles también se mantienen relativamente altos.
La JAEA también publicó la radiación medida en diciembre de 2012 en 10.000 puntos distintos dentro de un área de 80 kilómetros alrededor de la central, situada a unos 220 kilómetros al noreste de Tokio.
El resultado muestra que el volumen en esa zona ha descendido un 36 por ciento con respecto a los datos que obtuvo por primera vez en la institución en junio de 2011, tres meses después del accidente nuclear.
El organismo ha explicado que este descenso se debe principalmente a la aguda disminución de los niveles de cesio-134, isótopo que tiene una vida media de dos años y que además ha sido "barrido" por las sucesivas lluvias.
Sin embargo, en el 60 por ciento de este área se detectaron niveles de 1 millisievert al año (la cantidad máxima que recomienda la Comisión Internacional de Protección Radiológica) o incluso más.
En cualquier caso, el volumen en casas y edificios y en vías que atraviesan zonas boscosas (donde los materiales radiactivos tienden a acumularse) han descendido en relación a junio de 2011 un 35 y un 44 por ciento, respectivamente, gracias a las tareas de descontaminación.
El desastre en la central de Fukushima mantiene desplazadas a unas 52.000 personas que vivían en torno a la central y ha afectado a la pesca, la agricultura y la ganadería local.