NO ES LA PRIMERA VEZ
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha vuelto a bromear con el delito de violación, en esta ocasión con motivo de la declaración de la ley marcial en el sur del país, según recogen medios locales. "Asumiré la responsabilidad e iré a la cárcel por ustedes si violan a tres mujeres", dijo en tono jocoso en rueda de prensa en alusión a los soldados desplegados en virtud de esa ley en la región de Mindanao, donde el Ejército combate a grupos islamistas.
Duterte hizo el comentario el viernes tras advertir a los uniformados de que "no deben cometer abusos". No es la primera vez que el presidente filipino bromea con el delito de violación después de que ya lo hiciera en abril de 2016, durante la campaña electoral que le permitió acceder en junio de ese año a la Jefatura del Estado.
Tras resaltar la belleza de la misionera australiana Jaqueline Hamill -violada por varios hombres y asesinada en un motín en una cárcel filipina de Davao, en el sur del país, en 1989-, dijo que lamentaba no haber podido ser el primero en abusar de la joven. "Era tan guapa... ¡El alcalde debió haber sido el primero!", afirmó el entonces candidato presidencial, en alusión al cargo que él ocupaba cuando se cometió el crimen. Duterte pidió después disculpas por el comentario.
"Pido perdón al pueblo filipino por mis recientes comentarios durante un mitin", precisó en un comunicado. "No tenía la intención de faltar al respeto a nuestras mujeres ni a quienes han sido víctimas de este crimen horrible. A veces me sale lo peor de mí por la boca", añadió.
El presidente filipino también es conocido por insultar en público a personalidades como el antiguo presidente norteamericano, Barack Obama, a quien en septiembre de 2016 llamó "hijo de puta" por mostrarse reticente a reunirse con él.
"Hijo de puta, te voy a traer mala suerte en esta cumbre", proclamó Duterte poco antes de la conferencia presidencial de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que se celebró ese mes en Laos y a la que asistió el ex presidente norteamericano. Obama se reunió finalmente con Duterte al margen de la cita, tras minimizar el insulto propinado por el mandatario filipino. "Me han dicho que esa es su forma de hablar", explicó el antiguo inquilino de la Casa Blanca.