Guerra Rusia - Ucrania
Según Lukashenko, si cualquier otro país quisiera adherirse al binomio Rusia-Bielorrusia podría tener acceso a las armas nucleares tácticas rusas que se están trasladando a territorio bielorruso.
Polémicas declaraciones del presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, cuando la guerra entre Rusia y Ucrania sigue enquistada.
Lukashenko aseguró que las naciones que estén dispuestas a “unirse al Estado de la Unión de Rusia y Bielorrusia” recibirán armas nucleares. Estas declaraciones, que asegura que son "en su propia opinión", se produce días después de informar de que desde Moscú le habían comenzado a transferir armas nucleares tácticas. También añadió que nadie está en contra de que otros países mantengan las mismas estrechas relaciones que él mantiene con el Kremlin.
Esta declaración se produce después de que Rusia avanzara la semana pasada con un plan para emplazar armas nucleares tácticas en Bielorrusia, en el primer despliegue del Kremlin de este tipo de cabezas nucleares fuera de Rusia desde la caída de la Unión Soviética en 1991. Este movimiento ha despertado inquietud en Occidente, especialmente en Ucrania, que comparte frontera con Bielorrusia y que ha sido invadida por Rusia en febrero del año pasado . Lukashenko ha amenazado a Ucrania con usar las armas nucleares si escalan el conflicto.
Lukashenko ha asegurado que se ha visto obligado a volver a emplazar en territorio bielorruso armas nucleares tácticas rusas, alegando que las garantías de la retirada de armas nucleares soviéticas de los años 90 han sido pisoteadas por Occidente y que debe velar por la seguridad del Estado. Bielorrusia informó el domingo de la llegada desde su país aliado de otra unidad de los sistemas móviles de misiles tierra-aire S-400, que pronto estarán desplegados para el combate.
Para mantenerse en el poder, Lukashenko ha recurrido al apoyo de su principal aliado, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, con quien comparte una estrecha relación política, económica y militar. Un apoyo que no es gratuito ni incondicional. Putin tiene planes estratégicos para Bielorrusia, que incluyen una mayor integración entre ambos. Algunos analistas hablan de una "anexión blanda" de Bielorrusia por parte de Rusia, que podría tener graves consecuencias para la soberanía y la democracia del país.
Lukashenko y Putin se han reunido varias veces en los últimos meses para discutir la situación en Bielorrusia y la región. La más reciente fue el pasado 28 de febrero en Sochi, donde Lukashenko agradeció a Putin su ayuda y le propuso una reforma constitucional que le permitiría seguir en el cargo hasta 2035. Además, ambos líderes aprobaron un polémico referéndum que autoriza a Bielorrusia a recibir armas nucleares en su territorio por primera vez desde que se formó como estado, en 1990. Lukashenko argumentó que esta medida era necesaria para contrarrestar la amenaza de Occidente, que ha sancionado a su régimen y ha apoyado a la oposición bielorrusa. "Si ustedes (Occidente) transfieren armas nucleares a Polonia o Lituania, cerca de nuestras fronteras, entonces recurriré a Putin para que devuelva las armas nucleares que entregué sin ninguna condición", dijo Lukashenko.
Putin, por su parte, ha expresado su respaldo a Lukashenko y ha advertido que no tolerará una injerencia externa en Bielorrusia. El mandatario ruso también ha confirmado que está dispuesto a enviar ayuda militar a Lukashenko si la situación lo requiere, aunque por ahora no lo considera necesario.
Bieolorrusia un socio estratégico para Rusia
Para Rusia, Bielorrusia es un socio estratégico que le permite tener acceso al mar Báltico y a Europa Oriental, así como contrarrestar la influencia de la OTAN y la UE en la región. Para Bielorrusia, Rusia es un proveedor clave de energía y un mercado importante para sus productos. Ahora, con la crisis política en Bielorrusia y la amenaza de una intervención rusa en Ucrania, el equilibrio entre los dos líderes puede cambiar. Lukashenko puede verse obligado a ceder más soberanía e influencia a Putin a cambio de su apoyo. Y Putin puede aprovechar la oportunidad para avanzar en sus planes de crear un "Estado único" con Bielorrusia o incluso anexarlo como hizo con Crimea en 2014.