Guerra ruso-ucraniana
Las tropas rusas se encuentran en retirada, pero para revertir esta situación Putin endurece las penas por deserción y podría dar un nuevo giro a la guerra.
La guerra de Ucrania, provocada por la invasión rusa, encara ahora nuevos escenarios que podrían cambiar el rumbo del conflicto. Mientras que del lado de Kiev crece el optimismo por la recuperación de territorios en Járkov, en Moscú aumentan las voces críticas, donde muchos creen que se está teniendo una actitud 'blanda'.
No obstante, para el Kremlin hay ciertos territorios que mantienen sus esperanzas de acabar con Ucrania. De hecho, este mismo martes los prorrusos de Jersón han pedido un referéndum de anexión a Rusia mientras las tropas ucranianas se encaminan hacia este lugar. Como ellos, desde Donetsk y Lugansk han anunciado que dichos referéndums tendrán lugar en esta semana, aunque ambas ya se habían autoproclamado como repúblicas.
Con esta dinámica, desde la OTAN se han apresurado a calificar de "falsos" esos referéndums y avisan de que "no tienen legitimidad y no cambian la naturaleza de la guerra de agresión rusa contra Ucrania". De hecho, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg ha advertido de que esas votaciones suponen una "mayor escalada" en el conflicto y una "violación flagrante" del Derecho Internacional.
En este sentido, no pasa inadvertido que los refrendos podrían ir encaminados a una estrategia como la que ya se empleó en Crimea cuando, tras el derrocamiento de Viktor Yanukovich en 2014, se eligió a un primer ministro prorruso por parte del Parlamento de Crimea y se realizó un controvertido referéndum por el que el 95% de la población decidió separarse de Ucrania. Desde entonces, Rusia amenaza a Ucrania con dura represión si intervienen en Crimea ya que lo consideran territorio propio y eso podría volver a repetirse 7 años más tarde en otras zonas.
Penas más duras para los militares
El otro frente abierto tiene un componente nuclear. El primer frente está en la central de Zaporiyia donde la ONU encontró armamento ruso. Ahora, Rusia acusa a Ucrania de lanzar un ataque a la planta nuclear. Estas acusaciones llegan después de que los ucranianos denunciaran que un misil ruso había caído a solo 300 metros de un reactor y de que provocar con ello una "potente onda expansiva".
Rusia también ha endurecido las penas por deserción y por rendición voluntaria de militares. Además, se han difundido diversos vídeos en los que se recluta a presidiarios de cárceles rusas a cambio de la libertad cuando acabe la guerra. A los militares que abandonen sus puestos les puede caer una condena de entre 5 y 10 años de cárcel.
Rusia mantendrá su "rumbo soberano"
Mientras tanto, aliados de Rusia se ponen de perfil. Un caso es el de China que, si bien llama a Rusia a liderar conjuntamente el nuevo mundo, hace equilibrios para no desafiar demasiado a Occidente. También Erdogan ha intentado en diversas ocasiones que Putin se abriera a negociar el fin del conflicto. A todo esto, mientras tanto, se recrudecen conflictos como el de Armenia y Azerbayán.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha advertido en la apertura de la Asamblea General este 20 de septiembre de que "el mundo está en peligro y paralizado" por la guerra. Tampoco ha querido olvidarse del "invierno de descontento global en el horizonte" por la "intensa crisis del coste de la vida". "No hay cooperación. No hay diálogo. No hay resolución colectiva de problemas", ha criticado el mandatario.
Mientras Occidente condena y Ucrania reclama más apoyos, Putin ha afirmado que Rusia "no se desviará" de su "rumbo soberano". "Como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU tenemos la intención de continuar promoviendo una agenda internacional unificadora, contribuir a la búsqueda de respuestas efectivas a los numerosos desafíos y amenazas de nuestro tiempo y ayudar a resolver conflictos regionales agudos", ha insistido.