Felipe de Edimburgo
Un día después del funeral del duque de Edimburgo, la prensa británica analiza todos los detalles. La soledad de la Reina, el acercamiento entre los príncipes William y Harry o la indumentaria de los presentes han estado sometidos a examen.
La bandera vuelve a izarse en el Reino Unido. Ha terminado el luto oficial que se decretó por la muerte de Felipe de Edimburgo. En el caso de la reina, seguirá vistiendo de negro al menos un mes. Isabel II es la protagonista de las portadas de hoy en el Reino Unido, con titulares dirigidos directamente a ella, como el del 'Sunday Express: "No está sola, majestad". Esto contrasta con la imagen más difundida del funeral. Pero muchos medios leen más allá, en los gestos de la familia real y sobre todo en el acercamiento entre los hijos del príncipe de Gales
Esa es la imagen que está haciendo correr ríos de tinta. Ayer era la primera vez que se veían en un año en el que su relación ha quedado en suspenso, según reconocía el príncipe Harry en su incendiaria entrevista con Oprah Winfrey. Los medios británicos dicen que la esposa del duque de Cambridge, Kate Middleton, fue, una vez más, la mediadora. Las cámaras captaron cómo fue la primera que se dirige hacia su cuñado para, a continuación, dejar a los hermanos en solitario. Lógicamente solo se puede especular con el contenido de su conversación, pero dado el distanciamiento, cualquier acercamiento es considerado por los fans de los Windsor como un paso adelante.
El análisis de la ceremonia
Hoy, la prensa ha despertado mirando con lupa todo lo ocurrido ayer en Windsor. Y esta imagen: La de la Reina, sentada sola en la capilla de San Jorge, es una de las que más ha dado que hablar. No por lo que se ve, sino por lo que no se ve. Dentro de su bolso le acompaña esta fotografía tomada en Malta, en los años 50. Un gesto sentimental para una monarca con fama de fría, ya que según ella aquel período fue el único en el que Felipe y ella lograron vivir como una pareja normal en sus 73 años de matrimonio.
"Es el final de una era. Era su confidente, su marido, el padre de sus hijos y el único hombre capaz de decirle a la reina que se callase", explica Christopher Warwick, biógrafo de la familia real británica.
Pero han sido el heredero, y sobre todo sus hijos, los más escrudiñados. Y aunque las mascarillas han dificultado la interpretación de sus gestos sí se ha constatado la tensión que vive la familia. Por su parte, Carlos, no ha dirigido la palabra a su hijo Enrique. También todos han estado pendientes de la distancia entre los dos hermanos.
La indumentaria también ha sido analizada al milímetro por distintos motivos: en el caso de Kate Middleton, por su elegancia y por las impresionantes perlas que le ha prestado su suegra. En el caso de Andrés, por no haber podido desfilar con su uniforme de marino. Su madre le ha apartado de la vida oficial por su vinculación con el pedófilo Jeffrey Epstein. Al final, la Reina dictaminó: luto para todos.