HASTA 1.500 MILITARES EN LAS CALLES
El Gobierno de Brasil ha ordenado el despliegue de las Fuerzas Armadas del país para proteger la zona de los ministerios de Brasilia, donde miles de personas se han sumado este miércoles a una manifestación en las calles para reclamar la celebración de elecciones anticipadas y la dimisión del actual presidente, Michel Temer. El ministro de Defensa, Raúl Jungmann, ha informado de que los soldados ya están posicionados en torno al Palacio de Planalto (Presidencia) y de Itamaraty (Ministerio de Relaciones Exteriores), si bien rodearán todos los ministerios y el Congreso.
Según Jungmann, el despliegue es necesario debido a que 'Ocupa Brasília', una manifestación que estaba previsto que fuera pacífica ha degenerado "en violencia, falta de respeto y amenaza de las personas", tal y como ha recogido Agencia Brasil. Algunos medios hablan de un contingente formado por unos 1.500 militares, aunque todavía se desconoce la cifra oficial. El titular de la cartera de Defensa ha explicado que la orden ha sido decretada por el propio presidente "a solicitud del presidente de la Cámara, Rodrigo Maia", tras señalar que Temer considera "inaceptable" el "descontrol" registrado. "Y no permitirá que actos como este vengan a interrumpir un proceso que se desarrolla de forma democrática y con respeto a las instituciones", ha advertido.
Piden elecciones generales
Unas 25.000 personas -según las autoridades- han participado en estas protestas, que han tenido como epicentro una marcha hacia el Congreso. Sindicatos y movimientos sociales habían llamado a la ciudadanía a salir a la calle para quejarse de las reformas que quiere impulsar el Gobierno y reclamar "elecciones generales ya", como rezaba una de la pancartas. La marcha ciudadana ha sido interceptada por la Policía Federal cerca del perímetro que se había erigido para proteger tanto la sede parlamentaria como el Palacio Presidencial y el Tribunal Supremo. Los agentes han lanzado gases lacrimógenos para responder a supuestos actos de vandalismo.
"El gas duele, pero duele mucho más perder derechos", ha lamentado un manifestante citado por el periódico 'O Globo'. Los medios locales también han informado de varios detenidos en el marco de estos enfrentamientos. En el interior del Parlamento, los legisladores se han reunido para hablar de una eventual transición si Temer renuncia o es destituido por los escándalos. Si eso ocurre -el presidente ha dicho que no dimitirá-, el Congreso tendría 30 días para elegir a un sucesor que lidere al país hasta las elecciones de 2018.
El mandatario se encuentra en el punto de mira del Tribunal Supremo después de que la semana pasada saliese a la luz una grabación en la que presuntamente compraba el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha tras su detención. Temer alega que el documento ha sido editado y niega cualquier irregularidad.