OCUPADAS DESDE HACE 30 DÍAS
La policía griega está negociando con los refugiados que ocupan las vías del tren en el campamento de Idomeni un desalojo pacífico que permita restablecer el tráfico ferroviario entre Grecia y Macedonia, paralizado hace 30 días.
Un portavoz policial explicó que por la mañana se había logrado ya un acuerdo con los migrantes y refugiados, que levantaron todas las carpas de las vías. Sin embargo, unas horas después algunos habían reanudado la protesta y se habían reinstalado en las vías.
Las vías atraviesan el campo improvisado de Idomeni y desde hace 30 días numerosos grupos de refugiados las mantienen ininterrumpidamente ocupadas para exigir la reapertura de las fronteras. Esta ocupación, que es una de las muchas que se organizan en este campamento para exigir la reapertura de fronteras, no solo ha infligido cuantiosos daños económicos a la compañía de ferrocarriles Trainose por la pérdida de pasajeros, sino a toda la economía, pues muchas mercancías se transportan por ferrocarril.
Aunque en los últimos días el Gobierno griego ha logrado convencer a varios miles de refugiados a abandonar el campamento de Idomeni y permitir su traslado a centros de acogida organizados, a día de hoy continúan allí más de 10.000.
En las últimas semanas se han multiplicado además los episodios violentos con la policía fronteriza macedonia, que ha reprimido diversas protestas con gases lacrimógenos y hasta con balas de goma.
Mientras tanto, las llegadas a las islas se han reducido drásticamente desde la firma del acuerdo de migración entre la Unión Europea y Turquía y en las últimas semanas hay días en que como mucho llega un centenar de refugiados, una cifra mínima comparada con los 5.000 que lo hacían en los momentos álgidos de la crisis.
Algunas organizaciones de voluntarios sopesan incluso retirarse de Grecia o al menos reducir su presencia, como las españolas Proactiva Open Arms o ProemAid. De momento, ambas organizaciones, según señalaron, esperan a ver cómo evoluciona la situación en las islas y si se experimenta un cambio en las rutas de migración, lo que las llevaría a desplazar sus actividades de auxilio a los nuevos focos de crisis