Jair Bolsonaro
Ha sido la Policía Federal de Brasil quien ha pedido autorización al Tribunal Supremo para procesar al presidente brasileño, Jair Bolsonaro.
Según un informe policial, Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, ha desinformado sobre el coronavirus. Por este motivo, la Policía Federal del país ha pedido autorización al Tribunal Supremo para procesar al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, por presuntos delitos de desinformación sobre el coronavirus.
En información recogida por Europa Press, el informe policial, al que ha tenido acceso el periódico brasileño 'O Globo', considera que las declaraciones de Jair Bolsonaro sobre una supuesta relación entre la vacuna contra la COVID-19 y el riesgo de contraer VIH podrían clasificarse como un delito menor de "provocar alarma a terceros, anunciando peligro inexistente". Estas declaraciones fueron retransmitidas en vídeo en junio de 2021.
Además, el presidente brasileño desalentó el uso de las mascarillas, al citar como información falsa que las víctimas de la gripe española murieron más por usar máscaras que por la gripe. Debido a estos acontecimientos, la Policía Federal de Brasil ha indicado que esta actuación puede considerarse como "incitación al delito". "Este 'incentivo' al incumplimiento de una medida sanitaria obligatoria está subsumido en la conducta descrita en el artículo 286 del Código Penal, que tipifica el tipo penal de incitación al delito", ha detallado el cuerpo policial en el informe.
El teniente coronel Mauro Barbosa Cid, que ejerce como ayudante de la Presidencia, produjo esta información falsa, que fue difundida conscientemente por el presidente. "El presidente difundió, libre, voluntaria y conscientemente información que no correspondía al texto original de su fuente, generando potencialmente una alarma de peligro inexistente para los televidentes, además de alentarlos a incumplir las normas sanitarias", recoge el texto.
La desinformación, a la orden del día
El auge de las fake news en tiempos de covid es algo evidente. Los bulos se instalaron en la sociedad y, sobre la marcha, aprendimos a esquivarlos, como al coronavirus. Algo parecido hemos vivido y estamos viviendo con la guerra que estalló entre Rusia y Ucrania a finales de febrero. Con los peligros que esto conlleva en pleno conflicto internacional y en plena pandemia, debemos relfezionar, aportar datos y hacer balance sobre qué es verdad y qué es mentira.