Coronavirus
La pandemia avanza por el mundo y ha contagiado ya a 732.000 personas y ha matado a cerca de 35.000 personas. Esas son las cifras que se conocen en función de los datos que facilita cada país. Y la fórmula de computar esas personas no es la misma todos los lugares. En la Unión Europea ya hay polémica porque cada estado miembro hace las cuentas a su manera.
Distintas formas de contabilizar a las víctimas del coronavirus
-En Francia las personas que mueran por coronavirus en sus casas o en una residencia de ancianos no entrarán en las estadísticas. Francia por ejemplo sólo contabiliza los fallecidos en los hospitales. Las autoridades sanitarias lo achacan a las dificultades técnicas para saber esa cifra con exactitud. Explican que no están vinculados los datos de los centros hospitalarios y de las residencias y que las cifras reales podrían ser mucho mayores. Sí reconocen que en las dos últimas semanas han aumentado los decesos de mayores de 65 años.
-En Holanda no admiten a los ancianos enfermos de coronavirus en las clínicas por ser demasiado mayores, así que no los cuentan en las estadísticas y tampoco a los pacientes de COVID19 que están en casa.
-En el Reino Unido, donde el gobierno ha restado importancia a la epidemia hasta hace una semana, no comenzaron a anotar las muertes por el COVID-19 hasta el mes de marzo.
-En Alemania tampoco computan los muertos no diagnosticados pero sí incluyen a los fallecidos testados aunque tengan otras enfermedades.
-En Italia presenta informes sobre estos casos dos veces a la semana. Incluye en el registro a todos los pacientes que habían dado positivo en las pruebas y que han fallecido, independientemente de otras posibles patologías.
Dintintas estrategias para luchar contra la pandemia
También son distintas las estrategias para hacer frente al virus. Mientras que en Alemania y Corea del Sur han apostado por hacer miles de análisis a la semana, Singapur rastreó los móviles para cortar la cadena de contagio. Japón sin embargo optó por monitorizar a la población más vulnerable y hacer cuarentenas localizadas. En el otro extremo está Suecia que solo ha prohibido las reuniones de más de 50 personas.