EN LA RED
Este hombre se llama Charlie y no es un predicador que intenta salvar almas, sino un gamberro profesional que lleva nueve años provocando en lugares públicos escenas curiosas. Hoy les propone a sus adeptos ir a la playa vestidos de gala.
Como si no pasara nada, los hombres de negro y las mujeres en traje largo, niños y grandes, se meten al agua, toman el sol y se relajan para pasmo y sonrisa de los bañistas habituales. Unos sacan fotos, otros lo cuentan a sus amigos por teléfono y este señor no entiende nada pero dice que todo el mundo se lo está pasando bomba.
Pero a veces son los voluntarios de improv everywhere los que se quitan la ropa donde otros van vestidos. Esta misión se hizo en abril, el día que los americanos celebran su día de los inocentes. El metro de Nueva York fue tomado por 1.000 personas con sus partes al aire. Este es el video que se colgó en la web aunque en esta ocasión los embromados fueron los lectores de la página porque dos días después desvelaron el pastel: se trataba de una broma falsa, la escena no era tan pornográfica como nos hicieron creer.