ENFRENTAMIENTOS ENTRE POLICÍAS Y MANIFESTANTES
Miles de manifestantes han salido este martes a las calles de la capital de Honduras para instar al presidente del país, Juan Orlando Hernández, a renunciar. La manifestación ha tenido lugar pocos días después de que se viera obligado a negar estar implicado en una conspiración para "utilizar el dinero del narcotráfico en el financiamiento de campañas políticas".
Las instalaciones de al menos tres negocios en la ciudad han sido incendiadas después de que las protestas se volvieran violentas, según han informado las autoridades, y la Policía antidisturbios se ha enfrentado a los manifestantes mientras trataban de dispersar a la multitud con gases lacrimógenos y cañones de agua. "El narco debe irse, JOH debe irse", cantaban los manifestantes, utilizando las iniciales del mandatario, mientras marchaban por el centro de Tegucigalpa hacia el Congreso.
La semana pasada se publicó un documento en el que los fiscales estadounidenses alegaron que la campaña presidencial de 2013 de Hernández había sido financiada en parte con dinero de los narcotraficantes. El documento presentado ante el tribunal de Nueva York del Distrito Sur de Estados Unidos afirma que la campaña de Hernández recibió 1,5 millones de dólares de "ganancias de drogas" que se utilizaron para sobornar a funcionarios locales a cambio de protección y obras públicas. El mandatario rechazó las acusaciones, considerándose víctima de una campaña de desprestigio de bandas de narcotraficantes contra las que había apuntado, y acusando a los políticos opositores, entre ellos al expresidente Manuel Zelaya, de coludir con gángsters para desacreditarle.
Después de que los agentes utilizaran gases lacrimógenosos, manifestantes han atacado a la Policía con palos y piedras cerca del Congreso. Un miembro de la Cruz Roja ha señalado que cinco personas han sido tratadas por lesiones. La manifestación contra Hernández ha sido convocada por la Plataforma para la Defensa de la Educación y la Salud Pública, una coalición de sindicalistas y trabajadores públicos que buscan la destitución del presidente por sus planes de servicios públicos. Hernández, aliado conservador de Estados Unidos, ha estado bajo una presión cada vez mayor desde que su hermano menor Tony fue detenido en Miami en noviembre de 2018 por cargos de narcotráfico.