PIDEN UNA DONACIÓN PARA AYUDARLA
Después de que su dueño fuera asesinado hace cinco años, Treya estuvo obligada a vivir encadenada y sola en la parte trasera de la casa. A pesar de que los inviernos iban pasando y los vecinos se preocupaban por mantenerla caliente y alimentada, ellos fueron incapaces de liberarla de las cadenas que la mantenían cautiva. Finalmente, acabó mordiéndose la pata hasta conseguir liberarse ella sola aunque eso le produjo heridas.
Según el albergue de animales Stray Rescue, el rescate no fue sencillo porque ella tenía miedo a los humanos por su falta de socialización tras haber estado aislada durante tanto tiempo aislada en su soledad del mundo.
Una vez que llegó al centro donde se está recuperando, además del daño en la pata, los cuidadores descubrieron que tenía un gusano en el corazón y sufría una plaga de pulgas.
Treya se encuentra ahora en un hogar de acogida médico, según el albergue, con todas las comodidades que un perro se merece. Por ello, piden alrededor de 1.100 euros para poder tratar el parásito que tiene en el corazón y poderle dar a la perra "el nuevo comienzo que se merece".