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Permanece 3 días hospitalizada después de que su perro le defecase en la boca mientras dormía

La británica Amanda Gommo tuvo que ser ingresada en el hospital por una infección gastrointestinal provocada por las heces de su perro.

Imagen de un chihuahuaUnsplash

Los perros tienen la capacidad de sacarnos una sonrisa cuando tenemos días malos, pero también pueden causar un estropicio en casa. Son capaces de lo mejor y de lo peor, y lo peor que pueden hacer es, casi con total probabilidad, lo que le ha pasado a nuestra protagonista, Amanda Gommo.

Esta mujer británica de 51 años se encontraba descansando tranquilamente cuando Belle, el chihuahua de su hija, que se estaba mal de la barriga, sufrió una diarrea repentina que fue a parar a la boca de Amanda, tal y como informa el 'New York Post'.

Belle le defecó en la boca durante la siesta

Amanda relata que estaba durmiendo la siesta con la mascota de su hija, "como siempre hago", afirmaba a 'South West News Service'. Sin embargo, de pronto comenzó a notar un líquido que se estaba introduciendo a chorros en su boca. Cuál fue su sorpresa, que cuando abrió los ojos se dio cuenta que eran heces del perro.

"No podía quitarme el sabor de la boca", recuerda una Amanda que estuvo vomitando repetidamente a lo largo de la tarde. Una vez solucionado el problema, no le dio mayor importancia y se dispuso a llevar a Belle al veterinario, siendo diagnosticada de un virus estomacal.

El perro le pasó la infección

No obstante, al poco rato, Amanda empezó a presentar la misma sintomatología que el animal, por lo que fue al médico. Allí, le recetaron tres analgésicos para los dolores de estómago y le recomendaron ingerir mucha agua para prevenir infecciones.

Aun así, al cabo de dos días, la cosa fue a peor. Los calambres pasaron del estómago al resto del cuerpo. "Estaba tan deshidratada por las condiciones en las que estaba que mis riñones habían disminuido su tamaño en un 50%", cuenta.

Ante esta situación, una ambulancia la llevó a un hospital, donde los médicos confirmaron que tenía una infección gastrointestinal que había sido provocada por las heces de su mascota. Además, Amanda padece la enfermedad de Crohn, por la que se inflaman los tubos intestinales.

Por ello, permaneció ingresada en observación un total de tres días, hasta que desapareció la infección, momento en que recibió el alta médica. En estos momentos, se recupera en su casa, al igual que Belle, a quien ha "perdonado" y continúa "queriendo". Eso sí, tomando más precauciones a la hora de dormir.

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