PESE AL MALESTAR PALESTINO
Estados Unidos insistió en las posiciones que han llevado a los palestinos a descartarlo como mediador de un proceso de paz, al tiempo que su vicepresidente, Mike Pence, les exhortó en Jerusalén a volver a la mesa de negociaciones con Israel. "Jerusalén es la capital de Israel", remarcó en numerosas ocasiones Pence en la primera jornada de su visita oficial, y anunció la fecha del traslado de la embajada a la Ciudad Santa para "finales del año que viene", dos de las posiciones por las que los palestinos han boicoteado esta visita, y su presidente, Mahmud Abás, está a Bruselas en busca de apoyo europeo.
"Llevo años teniendo el honor de ocupar este puesto y recibir a líderes en la 'capital de Israel', Jerusalén, y esta es la primera vez que ambos podemos decir estas tres palabras", declaró el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en su encuentro con el vicepresidente. Pence, de viaje en Jerusalén, fue recibido con honores como "un verdadero amigo y aliado" de Israel, y mostró su convencimiento de que las nuevas posiciones de la Administración de Donald Trump abren "una nueva era" y "crean una oportunidad para la paz".
"Instamos encarecidamente a los líderes palestinos a que vuelvan a sentarse a la mesa. La paz solo puede venir a través del diálogo", urgió en el Parlamento israelí, en un discurso interrumpido por diputados de la Lista Común, de mayoría árabe y tercera fuerza política, que tras levantar pancartas con el lema 'Jerusalén, capital de Palestina', fueron expulsados de la sesión.
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, aseguró poco después que "la Administración de Estados Unidos es parte del problema más que de la solución". El que también es jefe negociador palestino condenó las palabras del mandatario estadounidense -evangélico declarado- y calificó su discurso de "mesiánico" y de "regalo para los extremistas", en alusión a las constantes referencias bíblicas para poner de manifiesto el vínculo del pueblo judío con la región. "Fue claro: violad la ley y las resoluciones internacionales y los Estados Unidos os recompensarán", ironizó en la cuenta de Twitter de la OLP.
El pasado 6 de diciembre, Trump rompió con décadas de consenso internacional al pronunciarse sobre la capitalidad de Jerusalén, cuya parte oriental está ocupada por Israel desde la Guerra de los Seis Días de 1967 y anexionada en 1980 contra las resoluciones de la comunidad internacional. Desde entonces, ha quedado estancado el proceso de paz, que Trump anunció como el "definitivo", y los palestinos han cancelado todos los contactos diplomáticos con su Administración.
Por su parte, Netanyahu advirtió al presidente palestino de que no hay alternativa a EEUU en un eventual proceso de paz y que su rechazo a reunirse con Washington muestra su falta de disposición. "Quien no esté dispuesto a hablar con los estadounidenses sobre la paz, es que no quiere la paz", dijo.
Pence señaló que "EEUU no tiene intención de tomar posiciones sobre ningún asunto final, incluyendo las fronteras concretas de la soberanía israelí en Jerusalén o la resolución de fronteras en disputa" y aclaró que "cualquier acuerdo de paz tiene que garantizar el derecho de Israel a defenderse por sí mismo". "Si las dos partes están de acuerdo, EEUU apoyará la solución de los dos Estados", manifestó sobre la postura estadounidense, que por primera vez no contempla como única esta solución, a diferencia de las administraciones anteriores.
Los palestinos han convocado para este martes una huelga general en protesta por la presencia del vicepresidente en Jerusalén, que concluirá su gira por Oriente Medio por la tarde con una visita al Muro de las Lamentaciones, en la ciudad amurallada.