Parlamento Kosovo
Un diputado lanza agua al primer ministro de Kosovo y terminan a golpes en el parlamento.
Durante la intervención del Primer Ministro de Kosovo, Albin Kurti, en el parlamento, uno de los diputados se levantó de su silla y se dirigió al estrado dónde acabó rociando con agua a Kurti. Este hecho trajo consigo una caótica contienda entre los políticos que se encontraban allí en ese momento que duró tan solo unos minutos. El primer ministro tuvo que salir escoltado por la seguridad del parlamento.
Corto pero intenso, la reyerta no dejó heridos. El primer ministro se encontraba explicando las medidas de su gobierno para calmar la tensión existente. El país está teniendo un momento complicado después de que, desde el gobierno, se asignaran a cuatro municipios en su mayoría serbios, alcaldes de etnia albanesa.
Los partidos de la oposición han sido críticos con la forma de gestionar la crisis que está teniendo el Primer Ministro, y le han acusado de destruir las relaciones de Pristina con algunos de los aliados occidentales.
La próxima semana, Albín Kurti, asistirá a una reunión en Bruselas con el Presidente de Serbia, Aleksandar Vucic. Ambos están sumidos en una fuerte presión por parte de la Unión Europea para conseguir reducir las tensiones entre los dos.
No es el primer caso de altercados en el parlamento de Kosovo. Durante el tiempo en el que Kurti era miembro de la oposición ya era conocido por sus acciones. En algunas ocasiones lanzaba botes de gas lacrimógeno en la plenas sesiones parlamentarias. Cuando ocurrían estos hechos, los demás políticos eran obligados a ponerse máscaras antigás para no intoxicarse con el humo que llenaba el parlamento.
Este hecho se convirtió en uno de acontecimientos más tensos en el norte del país. Manifestaciones y detenciones a civiles y a tres policías kosovares le precedieron a la decisión que tomó Kurti mientras estaba en la oposición. Más de 30 heridos que pertenecían a los miembros de las fuerzas de paz de la OTAN también fueron el resultado de esta acción.
Otro de los acontecimientos más tensos entre ambos países fue cuando, en 2008, Kosovo declaró su independencia de Serbia casi diez años después e que la OTAN le ayudase a expulsar las tropas de Serbia en una guerra que terminó con 13.000 muertos en la antigua ciudad. Belgrado, apoyado por China y Rusia, no reconoció la independencia de Kosovo de manera que le impedía poder ocupar su puesto en las Naciones Unidas.