Invasión rusa de Ucrania
Presos del pánico, muchos niños huyen del horror de la guerra en Ucrania. Sin embargo, en la frontera les esperan unos simpáticos payasos que tratan de endulzarles su delicada situación.
La invasión que Rusia ha realizado en Ucrania podría compararse metafóricamente con dos payasos. La guerra sería el payaso terrorífico, como si del conocido Pennywise se tratara, aterrorizando a todo aquel que se encontrara. Y luego, la paz son los payasos que tratan de aportar un mínimo de alegría, especialmente a los niños que tan mal lo están pasando.
Ese es el trabajo caritativo que están realizando unos hombres que han sido contratados por una ONG para fines humanitarios en Ucrania. Ubicados en la frontera de Ucrania con Polonia, tratan de sacar una sonrisa a los pequeños que cruzan dicha frontera en busca de una vida mejor. En busca de una nueva vida tras haberlo dejado todo por la guerra.
Esta detallada labor está siendo muy apreciada por los que allí se concentran, al igual que todos los que tratan de aportar su granito de arena para hacer más llevadero este drama humanitario. Un ejemplo de ello es José Andrés, que se ha desplazado hasta la frontera con Polonia para poder dar alimento a todas las familias que llegan desesperadas tras escapar de Ucrania.
La guerra acumula tres semanas de conflicto
Tres semanas después de que comenzara la invasión, se sabe que por lo menos 15.000 personas han fallecido, entre militares y civiles, y se calcula que la cifra actual todavía podría llegar a duplicarse, o incluso a triplicarse, a la espera de lo que ocurra en las próximas semanas, si se consigue un acuerdo para poner punto y final a este conflicto civil.
Rusia, que atraviesa un apuro económico muy grave, podría caer en bancarrota antes de que termine abril de 2022 si no puede hacer frente a la deuda que tiene actualmente, de aproximadamente 117 millones de euros. La fuga masiva de empresas les ha puesto en una situación dificilísima que, sin embargo, no es temida por Vladímir Putin.
El presidente de Rusia insiste en que las sanciones no están causando efectos devastadores en la economía del país. No obstante, ello contrasta con la situación actual de la Bolsa de Moscú, que no abre desde el pasado 25 de febrero, segundo día de la invasión en Ucrania, por temor a una posible bancarrota; no abrirá, por lo menos, hasta el próximo lunes 21 de marzo.