Obras de arte que quedaron destrozadas por pequeños descuidos

Un fotógrafo trataba de tomar una instantánea de una estatua del Siglo XVIII en el Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa. Sin embargo, tras retroceder poco a poco para buscar el ángulo perfecto empujó la escultura contra el suelo, quedando destrozada. Ahora los expertos tratan de restaurarla, aunque no se sabe si podrán recuperarla.

Este caso no es el único. En Taiwan, un joven de 12 años puso la mano encima de un lienzo valorado en un millón y medio de euros, causándole un boquete. Por suerte, el museo no le pidió ningún tipo de indemnización y pudo restaurar la obra.

Otro caso que también ha dado que hablar es el de una artista alemana que realizó una instalación con mantas térmicas. Una obra que quería rendir homenaje a los rescates en alta mar. Sin embargo, su reivindicación acabó en la basura, después de que una limpiadora lo tirara sin saber que se trataba de una obra.

Algo similar ocurrió en el museo italiano de Bolsando, donde los operarios decidieron recoger los restos de champán, confeti y cajetillas de tabaco que parecían haber sido sacadas del final de una fiesta. Lo que no sabían es que se trataba de una obra que se exponía en ese momento.

Otro problema son las aglomeraciones de visitantes. La escultura del artista mallorquín Bernardi Roch, quedó destrozada después de que en la sala se formara un tumulto por la visita de un famoso arquitecto.