AQUÍ VIVIÓ, SE FORMÓ Y SOBRE TODO PELEÓ

Un paseo por los lugares que marcaron la vida de Nelson Mandela

El lider sudafricano dejó su imborrable huella en la zona sudafricana de Transkei, Pretoria, Johanesburgo y sobre todo Robben Island, la prisión donde cumplió condena.

El primer lugar que Nelson Mandela pisó en su vida fue Qunu, un pequeño pueblo de Transkei, en la zona oriental de Sudáfrica. Un gueto al que la etnia xhosa fue trasladada para que pudieran desarrollarse lejos de las zonas reservadas a los blancos.

Mandela vivió la dureza del apartheid desde su infancia, lo que probablemente definiría su carácter y su ansia de lucha contra la discriminación.

Allí fue educado por un líder de su tribu pero sus pasos se dirigieron poco después hacia un lugar donde poder seguir formándose académicamente.

El destino elegido fue el Colegio Universitario de Fort Hare, donde se prepara para obtener el título de Bachiller en Artes y empieza a acercarse a la política. Una huelga estudiantil en 1940 supuso su expulsión del centro.

Su vida política se desarrolló después en Johannesburgo tras licenciarse en Derecho. Ingresó en el Congreso Nacional Africano (CNA) con el objetivo de convertirse en un movimiento de masas que englobara las distintas clases obreras y profesionales negros sudafricanos.

Es en 1948, después de que ganara las elecciones el Partido Nacional, cuando su campaña por la igualdad entre negros y blancos se hace más ofensiva. Soweto, uno de los barrios marginales donde se concentraba la población negra de Johannesburgo, se convierte en el punto de referencia del líder 'anti-apartheid'. Allí emprende su lucha y siempre estará muy presente en su vida. Hoy su casa se ha convertido en museo.

Ante el acoso del Gobierno, y tras ser absuelto de alta traición, Mandela forma el grupo armado del CNA y decide huir a Argelia, Etiopía y Londres.

Sin embargo, en 1962 los pasos de Mandela fueron a parar a un lugar donde nunca hubiera querido estar: la cárcel de Rooben Island, en Ciudad del Cabo. Madiba fue condenado a cadena perpetua por sabotaje y allí cumplió 20 de los 27 años que estuvo en la cárcel.

Esa pequeña celda de Robben Island , desde la que el lider sudafricano siguió luchando contra el apartheid, se ha convertido en un símbolo, un ejemplo del lugar donde la libertad de pensamiento nunca lo pueden parar las rejas. Allí Mandela solo era el preso 46664.

Tras una masiva campaña por su liberación, en 1990 Nelson Mandela dejó definitivamente la cárcel. Pudo ver entonces el fruto de su sacrificio y también la recompensa: su elección como presidente de Sudáfrica.

El escenario de su juramento, Pretoria, se convirtió en otro de los lugares emblemáticos de su vida. Desde la capital desempeñó su labor al mando del Gobierno durante cinco años. Por fin pudo ver que los negros podían caminar por la calle con los mismos derechos que cualquier otra persona.

Aunque en los últimos años pasó varias veces por el hospital, queremos recordar a Mandela en uno de los últimos lugares en el que le vimos sonreir, el estadio donde se celebró la final del Mundial de 2010. Allí volvió a dar ejemplo de su energía y su fuerza ante la adversidad y mostró su mejor arma. Su sonrisa.

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