West Midlands
Se hizo un pequeño corte mientras lavaba una lata de cangrejo.
La abuela Sue Wheatley se cortó el dedo con una tapa afilada cuando lavaba una lata de cangrejo. Como la herida parecía pequeña, de un centímetro de largo, se puso una tirita y no le dio mucha más importancia, precisa 'Daily Mail'. Sin embargo, al cabo de dos semanas, la herida que parecía inofensiva la dejó en un coma que duró diez días.
Al parecer, según el medio citado, las bacterias que entraron en ese corte habrían penetrado de manera profunda en el cuerpo de la abuela, provocándole una infección peligrosa, en concreto una fascitis necrosante (NF), que suele ser conocida como la enfermedad carnívora por la velocidad a la que destruye tejidos como los músculos, la piel y otros tejidos.
Fue a los quince días de hacerse el corte cuando Sue pasó la mañana recogiendo basura para un proyecto del barrio y notó que le dolía el hombro derecho. "Pensé que me había desgarrado un músculo", dice Sue, de 64 años, una administradora jubilada de Dudley, en West Midlands, que tiene dos hijos adultos y tres nietos. "Pero solo unas horas después sufría un dolor a lo largo del brazo y en el pecho, como si estuviera sufriendo un ataque al corazón. También me daban escalofríos, así que me metí en la cama".
Fue su marido, Paul, de 66 años, director de empresa jubilado, quien llamó al 111 del NHS ante lo que el operador dijo que los síntomas parecían graves y envió una ambulancia para trasladar a Sue al hospital. En urgencias, la salud de Sue se deterioró rápidamente. "Empecé a sentirme mal repetidamente", explicaba. Fue ingresada en una sala: "Tenía un dolor intenso en todo el cuerpo y, a la mañana siguiente, la piel de todo mi brazo derecho se había vuelto negra y del color de un hematoma y comenzó a supurar un líquido incoloro a través de la piel".
Según la Lee Spark NF Foundation (fundación para la NF Lee Spark), que lleva el nombre de un joven de 23 años que estaba sano y murió por los efectos de esta enfermedad en 1999, en el Reino Unido se producen unos 1.000 casos de NF al año. Sin embargo, los datos de una encuesta llevada a cabo en 28 hospitales de toda Inglaterra muestran que el 57% informó de un aumento del número de pacientes afectados en 2023, en comparación con años anteriores.
Se piensa que esto es debido a una caída de la inmunidad, puesto que los confinamientos y el distanciamiento social impuestos en la pandemia del coronavirus impidieron que las personas desarrollaran resistencia a los gérmenes comunes.
La NF suele producirse cuando las bacterias que muchas personas llevan sin causar daño en la piel o en la garganta penetran profundamente en el cuerpo, de manera general a través de una herida, un rasguño o el riego sanguíneo. El aumento reciente se ha relacionado con el estreptococo A, una causa común de amigdalitis y escarlatina.
Cuando llega a la fascia, el tejido conectivo delgado que se encuentra sobre los músculos, los vasos sanguíneos y alrededor de los órganos, las bacterias invasoras pueden propagarse rápidamente, secretando sustancias químicas tóxicas que matan el tejido blando. Incluso con tratamiento, hasta el 30% de los pacientes mueren, según un estudio publicado en la revista BMC Infectious Diseases en 2021.
A menudo, los supervivientes ha tenido que sufrir amputaciones para detener la propagación de la infección y se les han colocado injertos de piel después de una cirugía extensa para eliminar el tejido infectado.
Los síntomas iniciales más comunes de la NF abarcan hinchazón y enrojecimiento según las bacterias invaden y dañan el tejido blando. El signo clave al que advierten que hay que prestar atención es un dolor intenso y agonizante en la zona afectada después de un corte o una herida, desproporcionado con respecto a los signos visibles, que se produce a medida que la infección se propaga a lo largo de los tejidos profundos.
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