LA QUINTA MISA DEL GALLO DE SU PONTIFICADO
En la quinta Misa del Gallo de su pontificado, el Papa Francisco puso el ejemplo de que también José y María huyeron, para recordar a los millones de personas obligadas a dejar su tierra y a sobrevivir a los "Herodes de turno" que "no tienen problemas en cobrar sangre inocente".
En misa en la que los católicos conmemoran el nacimiento de Dios, Francisco comparó la situación que vivieron José y María obligados a dejar su tierra, pero "llenos de esperanza y de futuro por el niño que vendría" con los millones de personas que huyen en la actualidad. Ante las cerca 10.000 personas que llenaron la basílica, el Papa explicó en su homilía que José y María "luego se tuvieron que enfrentar quizás a lo más difícil: llegar a Belén y experimentar que era una tierra que no los esperaba, una tierra en la que para ellos no había lugar".
En su historia, agrego, "vemos las huellas de familias enteras que hoy se ven obligadas a marchar. Vemos las huellas de millones de personas que no eligen irse sino que son obligados a separarse de los suyos, que son expulsados de su tierra". En muchos de los casos esa marcha está cargada de esperanza, cargada de futuro; en muchos otros, esa marcha tiene solo un nombre: supervivencia". Y entonces recordó que muchos deben sobrevivir "a los Herodes de turno que para imponer su poder y acrecentar sus riquezas no tienen ningún problema en cobrar sangre inocente".
Continuando con la historia del nacimiento de Jesús, afirmó, que en Belén, "se generó una pequeña abertura para aquellos que han perdido su tierra, su patria, sus sueños; incluso para aquellos que han sucumbido a la asfixia que produce una vida encerrada", aseguró el Papa.
La ceremonia, que desde hace varios años se celebra a las 21:30 hora italiana y no a medianoche, comenzó con el Pontífice que retiraba un velo y descubría la imagen del niño Jesús ante un trono situado en frente del altar y niños de varias nacionalidades le llevaron algunas ofrendas de flores. En su homilía, continuó con sus referencias a la actualidad al afirmar que "María y José, los que no tenían lugar, son los primeros en abrazar a aquel que viene a darnos carta de ciudadanía a todos".