DURANTE LA MISA DE JUEVES SANTO
El Papa Francisco ha recalcado que la tarea de evangelización no puede ser "presuntuosa" y que la "integridad de la verdad" no puede ser "rígida", durante la misa de Jueves Santo que ha presidido en la plaza de San Pedro del Vaticano.
"De él tenemos que aprender que anunciar una gran alegría a los muy pobres no puede hacerse sino de modo respetuoso y humilde hasta la humillación. No puede ser rígida la integridad de la verdad", ha señalado durante la solemne ceremonia que ha sido concelebrada con los sacerdotes de la diócesis de Roma.
Durante la misa, en la que se han bendecido los santos óleos que serán utilizados a lo largo del año en las confirmaciones, unción de enfermos y otros sacramentos, Francisco ha pedido a los sacerdotes que sean "alegres" y "breves en lo posible" en el anuncio de la Buena Noticia.
"Como todo discípulo misionero, el sacerdote hace alegre el anuncio con todo su ser. Y, por otra parte, son precisamente los detalles más pequeños, todos lo hemos experimentado, los que mejor contienen y comunican la alegría: el detalle del que da un pasito más y hace que la misericordia se desborde en la tierra de nadie", ha indicado.
De este modo, ha invitado a seguir el ejemplo de la Virgen María y a vencer el miedo: "Su plenitud contagiosa nos permite superar la tentación del miedo: ese no animarnos a ser llenados hasta el borde, esa pusilanimidad de no salir a contagiar de gozo a los demás".
El Papa ha dejado claro que evangelización "es una misión" que podrá ser "una falsa conmiseración", que deja al pecador en su miseria porque no le da la mano para ponerse en pie y no le acompaña a dar un paso adelante en su compromiso. A continuación, ha subrayado que no podrá "ser triste o neutra" ni tampoco "sólo una verdad abstracta", de esas que no terminan de encarnarse en la vida de las personas porque se sienten más cómodas en la letra impresa de los libros.