EN LA MISA DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR
El Papa Francisco ha propuesto a los cristianos no seguir a las "estrellas deslumbrantes" del éxito, el dinero y los placeres que -según ha dicho- más que estrellas "son meteoritos que sólo brillan un momento" durante la Misa de la Epifanía del Señor este sábado 6 de enero en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Francisco ha señalado en su homilía que los Reyes Magos fueron los únicos que vieron la estrella "porque eran pocas las personas que alzaron la vista al cielo". Así ha lamentado las actitudes que "con frecuencia en la vida" se contentamos "con mirar al suelo". Y ha especificado: "Nos basta la salud, algo de dinero y un poco de diversión". Por ello, ha invitado a preguntarse si todavía se "levanta la vista al cielo". Y ha añadido: ¿Sabemos soñar, desear a Dios, esperar su novedad, o nos dejamos llevar por la vida como una rama seca al viento? Los Reyes Magos no se conformaron con ir tirando, con vivir al día. Entendieron que, para vivir realmente, se necesita una meta alta y por eso hay que mirar hacia arriba".
Durante su homilía del día en el que la Iglesia celebra la Epifanía, el Papa ha explicado que hay varios tipos de estrella: "Hay estrellas deslumbrantes, que despiertan emociones fuertes, pero que no orientan en el camino. Esto es lo que sucede con el éxito, el dinero, la carrera, los honores, los placeres buscados como finalidad en la vida". Para el pontífice más que estrellas "son meteoritos" porque "brillan un momento, pero pronto se estrellan y su brillo se desvanece. Son estrellas fugaces que, en vez de orientar, despistan".
Por el contrario, ha señalado que "la estrella del Señor no siempre es deslumbrante, pero está siempre presente: te lleva de la mano en la vida, te acompaña". De ella también ha destacado que "no promete recompensas materiales, pero garantiza la paz".
En otro momento de su alocución también ha reflexionado sobre cómo Jesús "se deja encontrar por quien lo busca, pero para buscarlo hay que moverse, salir". "No esperar; arriesgar. No quedarse quieto; avanzar. Jesús es exigente: a quien lo busca, le propone que deje el sillón de las comodidades mundanas y el calor agradable de sus estufas", ha dicho.
Así ha arremetido contra la tentación "discutir de la fe, como de algo que ya se sabe, pero no se arriesga personalmente por el Señor". "Se habla, pero no se reza; hay queja, pero no se hace el bien", ha señalado mientras que ha puesto de ejemplo la actitud de los Magos que "hablan poco y caminan mucho".
El Papa ha manifestado que esta actitud consiste en dar: "Hacer el bien sin cálculos, incluso cuando nadie nos lo pide, incluso cuando no ganamos nada con ello, incluso cuando no nos gusta. Dios quiere esto. El, que se ha hecho pequeño por nosotros, nos pide que ofrezcamos algo para sus hermanos más pequeños". Y sobre esos hermanos más pequeños ha dicho que son "el necesitado, el que pasa hambre, el forastero, el que está en la cárcel, el pobre". Y finalmente ha concluido: "Miremos nuestras manos, a menudo vacías de amor, y tratemos de pensar hoy en un don gratuito, sin nada a cambio, que podamos ofrecer. Será agradable al Señor".