DURANTE LA VIGILIA PASCUAL
El Papa ha invitado a "redescubrir el bautismo como fuente viva" y a "sacar energías nuevas" de la raíz de la "fe" y de la "experiencia cristiana", al tiempo que ha instado a volver a Galilea, durante su homilía en la Vigilia Pascual, celebrada en la Basílica de San Pedro, en la que ha insistido en su mensaje de retomar las raíces del cristianismo.
Así, Francisco ha señalado que es necesario volver a "Galilea" que, a su juicio, representa "el lugar de la primera llamada, donde todo empezó", y ha subrayado que ese gesto significa "releer todo a partir de la cruz y de la victoria".
En esta línea, ha explicado que se trata de releer "la predicación, los milagros, la nueva comunidad, los entusiasmos y las defecciones, hasta la traición; releer todo a partir del final, que es un nuevo comienzo, de este acto supremo de amor". "También para cada uno de nosotros hay una Galilea en el comienzo del camino con Jesús", ha aseverado.
Además, ha recordado que en la vida del cristiano, después del bautismo, hay también una Galilea "más existencial" que consiste en "la experiencia del encuentro personal con Jesucristo", que llama "a seguirlo y participar en su misión".
En este sentido, el Papa ha recordado que volver a Galilea significa "custodiar en el corazón la memoria viva de esta llamada" y "recuperar la memoria de aquel momento".
Durante la homilía, el Papa se ha dirigido a los fieles para preguntarles "cuál" es su Galilea; y "dónde" esta; si la recuerdan o la han olvidado. En este punto, ha pedido a Dios volver a Galilea para poder "encontrar a Jesús" y dejarse "abrazar por su misericordia".
En una de las Misas más importantes del año, el Pontífice también ha recordado que, tras la muerte de Jesús, "los discípulos se habían dispersado" y todo parecía que "había terminado" pues estaban "muertas las esperanzas". Sin embargo, ha subrayado que el anuncio por parte de las mujeres de que había resucitado, "aunque increíble, se presentó como un rayo de luz en la oscuridad".
Al mismo tiempo, ha destacado que con la Resurrección se enciende una "alegría humilde, una alegría que no ofende el dolor y la desesperación, una alegría buena y serena". Así, el Papa ha subrayado que "el evangelio de Pascua es claro" porque "es necesario volver" para ver a Jesús resucitado y convertirse en "testigos de su resurrección".
Igualmente, el Pontífice ha resaltado que "no es un volver atrás, no es una nostalgia" y además ha remarcado que "es volver al primer amor, para recibir el fuego que Jesús ha encendido en el mundo, y llevarlo a todos, a todos los extremos de la tierra".
Al finalizar su homilía, ha invocado la intercesión de la Virgen María en esta noche de celebración de la Vigilia pascual, uno de los ritos más antiguos de la liturgia y en el que la cristiandad ha velado por el tránsito de Jesús, que pasa de la Cruz a la vida, de la muerte a la resurrección.
El rito ha comenzado con la bendición del fuego por parte d el Pontífice, que ha incidido con un punzón sobre el Cirio Pascual, que lleva una cruz con la primera y la última letra del alfabeto griego (alfa y omega), así como las cifras del año en curso.
Mientras, el Papa ha pronunciado en latín un antiguo pregón que reza "Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega. A Él pertenece el tiempo y los siglos, a Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos".
Después, ha dado comienzo la procesión hacia el altar mayor, en un ambiente de pleno recogimiento, encabezada por el diácono que portaba el Cirio y compuesta por el Pontífice, diferentes miembros del clero y algunos fieles.
Una vez en el altar mayor, y tras la bendición del Papa, el diácono ha impregnado el Cirio con incienso al tiempo que ha proclamado el "Exultet", el anuncio de la Pascua, al que los fieles han atendido con una vela encendida. Tras el rito del encendido, marcación y bendición del Cirio se ha celebrado la "Liturgia de la Palabra" y la "Liturgia Bautismal".
La tradicional y antigua "Liturgia de la Palabra" ha consistido en la lectura del libro del Génesis, leído en francés del libro del Éxodo, en español, y del libro del profeta Ezequiel, en inglés.
Acto seguido, el Papa ha procedido a la "Liturgia Bautismal", en la que ha bautizado a diez personas del Camino Neocatecumenal de edades comprendidas entre los 7 y los 58 años, procedentes de Italia, Vietnam, Bielorrusia, Senegal, Líbano y Francia. El más pequeño era italiano, mientras que el más mayor era un vietnamita de 58 años.
Este domingo a las 10.15 horas, el Papa Francisco celebrará la Misa de Pascua en la Plaza de San Pedro, decorada con miles de flores, y a las 12.00 horas impartirá su Bendición 'Urbi et Orbi' desde el balcón central de la Basílica Vaticana. Se espera que el Pontífice pronuncie también las felicitaciones pascuales en diferentes idiomas.