Domingo de Ramos
El Papa Bergoglio ha sido llevado hasta el centro de la plaza, a los pies del obelisco, para bendecir los ramos de los fieles y miembros de la Curia Romana
El Papa Francisco ha reaparecido este domingo en la plaza de San Pedro del Vaticano para presidir la misa del Domingo de Ramos. El Papa ha reaparecido un día después de recibir el alta hospitalaria por la bronquitis que lo mantuvo ingresado desde el pasado miércoles.
Francisco ha denunciado que hoy hay muchos "cristos abandonados" que son "descartados con guante blanco" y ha instado a que su voz no "se pierda en el silencio ensordecedor de la indiferencia.
Durante la homilía del primer día de la Semana Santa que conmemora la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén, el Papa ha señalado que "hay tantos cristos abandonados invisibles, escondidos, que son descartados con guante blanco: niños no nacidos, ancianos que han sido dejados solos, enfermos no visitados, discapacitados ignorados, jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor".
El papa, con un abrigo blanco, bajó del coche por su propio pie y caminó unos pocos metros hasta el lugar dispuesto para la bendición, ayudado del bastón que usa frecuentemente debido a sus problemas de rodilla.
A su salida del hospital, hizo algunas declaraciones ante los medios que le esperaban y saludó a algunos fieles pero, tras acudir a rezar a la basílica de Santa María La Mayor, regresó a su residencia en el Vaticano, la Casa Santa Marta.
La celebración arrancó como siempre con la procesión por la plaza de San Pedro y en torno al obelisco central de cientos de personas, fieles, religiosos y religiosas y miembros de la Curia Romana, portando los ramos.
El significado de las palmas del Domingo de Ramos
Seas creyente o no, seguro que has visto que la gente lleva consigo unas ramas o palmas el Domingo de Ramos. Y es que estas tienen un simbolismo muy fuerte dentro del cristianismo. En este día se reúnen muchos fieles para recordar la entrada triunfal de Jesús de Nazaret a la ciudad de Jerusalén. Aquel día los habitantes de la urbe lo reconocieron como el Mesías, como el hijo de Dios, en medio de una gran excitación.
Para darle un mayor recibimiento a Jesús, los fieles salieron a su encuentro y aclamaron su paso por las calles de Jerusalén agitando palmas y ramas de olivo. Se quería de esta forma darle el reconocimiento que merecía como elegido de Dios a su paso por las calles de la ciudad subido en una burra. Por este motivo, hoy en día los fieles acuden a la celebración del Domingo de Ramos llevando ramas de olivo, laurel y palmas.