24 HORAS DESPUÉS DE LA POLÉMICA
En esta oportunidad, el Papa estaba más relajado cuando saludó a la monja de 85 años, la hermana María Concetta, que había trabajado como misionera en África durante sesenta años. No solo aceptó besos en su mano, sino que también dio besos a otras monjas.
A los obispos asistentes a la audiencia semanal, también se les permitió besar su mano y nuevamente beso las mejillas de varios de los obispos. Un asistente cercano al Papa ha dicho que al pontífice le ha parecido "divertido" el revuelo causado por las imagenes de su visita al santuario en Loreto.
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