la tradicional bendición 'urbi et orbi' de Navidad
El Papa Francisco invocó la paz para todos los que han perdido a seres queridos en los "viles actos de terrorismo que han sembrado miedo y muerte en el corazón de tantos países y ciudades", en el mensaje de Navidad que pronunció en el balcón de la Logia central de la basílica de San Pedro.
Asomado en el balcón donde se presentó al mundo como papa el 13 de marzo de 2013, para impartir la tradicional bendición 'urbi et orbi' de Navidad, Francisco fue invocando la paz ante todas las guerras y males del mundo. Imploró la paz para Siria, Ucrania, para los países de África aún en guerra, y también concordia para Colombia y Venezuela.
El pontífice argentino explicó que los ángeles anunciaron "paz en la tierra" con el nacimiento de Jesús y que este anuncio quiere llegar "a todos los pueblos, especialmente los golpeados por la guerra y por conflictos violentos, y que sienten fuertemente el deseo de la paz".
Comenzó invocando la paz para "la martirizada Siria, donde demasiada sangre ha sido derramada" y "sobre todo en la ciudad de Alepo, escenario, en las últimas semanas, de una de las batallas más atroces". "Es muy urgente que se garanticen asistencia y consuelo a la extenuada población civil, respetando el derecho humanitario.
Es hora de que las armas callen definitivamente y la comunidad internacional se comprometa activamente para que se logre una solución negociable y se restablezca la convivencia civil en el país", exhortó. También pidió valentía a israelíes y palestinos para "escribir una nueva página de la historia, en la que el odio y la venganza cedan el lugar a la voluntad de construir conjuntamente un futuro de recíproca comprensión y armonía".
Pidió unidad y concordia para Irak, Libia y Yemen y paz en Nigeria, Sudán del Sur y en la República Democrática del Congo, y citó la situación en Birmania (Myanmar) y las tensiones entre las dos Coreas. Recordó también el conflicto en Ucrania y pidió urgentemente que "dé alivio a la población y se pongan en práctica los compromisos asumidos".
También pidió concordia "para el querido pueblo colombiano, que desea cumplir un nuevo y valiente camino de diálogo y de reconciliación". Y que "dicha valentía anime también a la amada Venezuela para dar los pasos necesarios con vistas a poner fin a las tensiones actuales y a edificar conjuntamente un futuro de esperanza para la población entera".
Invocó la paz para "los pueblos que sufren por las ambiciones económicas de unos pocos y la avaricia voraz del dios dinero que lleva a la esclavitud" y para "los que están marcados por el malestar social y económico, y a los que sufren las consecuencias de los terremotos u otras catástrofes naturales". Una mención especial en este mensaje la tuvieron los niños, "sobre todo a los privados de la alegría de la infancia a causa del hambre, de las guerras y del egoísmo de los adultos".