EN LA BASÍLICA DE SAN JUAN DE LETRÁN
Cuando aún no se ha cumplido un mes de su elección como pontífice el pasado 13 de marzo, Jorge Mario Bergoglio tomará posesión de la diócesis romana, de la que es titular en calidad de pontífice, a partir de las 17.30 hora local, en una ceremonia en la que participarán también el cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, y el vicario emérito Camillo Ruini.
Junto a ellos, párrocos y otros religiosos, así como fieles de la capital italiana, acompañarán a Francisco en uno de los momentos más especiales para el papa argentino, quien, a pesar de venir "casi desde el fin del mundo", como él mismo dijo, asegura sentirse antes de todo, obispo de Roma. "Roma quiere mucho al papa. Visitando algunas parroquias he escuchado por parte de todos, en estas primeras semanas de Pontificado, el gran afecto, la gran sintonía que tienen por y con el papa", afirmó este sábado a Radio Vaticana Vallini, quien anunció que en mayo Francisco visitará la primera parroquia romana.
La ceremonia en San Juan de Letrán comenzará con la toma de posesión de la cátedra de Roma, representada por el sillón elevado de la época del papa León X en la basílica patriarcal, tras lo que le seguirá el rito de la obediencia y una misa. Durante siglos, la toma de posesión de la Diócesis romana estaba precedida por la llamada "cabalgata papal", en la que el recién elegido pontífice atravesaba en procesión el centro de Roma hasta la basílica de San Juan de Letrán a lomos de un equino blanco.
Esta tradición se conservó hasta el siglo XVIII y después se utilizaron medios más cómodos para el pontífice como las literas, los coches de caballos o (a partir de Pío XII en el siglo XX) los automóviles para transportar al obispo de Roma desde el Vaticano hasta San Juan de Letrán. Media hora antes de que comience la ceremonia está previsto que el papa, en compañía del alcalde de Roma, Gianni Alemanno, asista a la ceremonia de dedicatoria de una plaza próxima a la basílica a Juan Pablo II, descubriendo además una placa con el nombre del pontífice polaco.
"Han pasado quince años desde que el pontífice vino al Ayuntamiento y ocho desde su muerte y finalmente ahora Roma recordará al papa Juan Pablo II con una plaza", afirma el concejal de Cultura y Centro Histórico, Dino Gasperini, en un comunicado. "La participación del papa Francisco en la ceremonia de inauguración es un honor que atribuye aún más significado a esta decisión y es una grandísima emoción para todos nosotros", añade.