Papa Francisco
Francisco se ha convertido en un Papa muy cercano y que rompe moldes. Ahora se atreve con los programas de entretenimiento, donde ha contado que es un hombre normal pero no mucho, porque ha reconocido, que necesita amigos.
El Papa Francisco sigue rompiendo moldes. En esta ocasión logra un nuevo hito en sus nueve años al frente del Vaticano: participar como invitado en un programa televisivo de entrevistas. Se trata de algo insólito, pues es la primera vez que vemos a un Papa en un programa de entretenimiento.
Se trata del conocido show 'Che tempo che fa' (¿Cómo está el clima?) conducido por Fabio Fazio, al cual han asistido artistas como Matt Damon y Lady Gaga o los políticos Nancy Pelosi y Barack Obama y ahora, también el Papa Francisco.
La entrevista fue telemática, por lo que Francisco permaneció en el Vaticano y duró una hora. En ella, hubo tiempo para hablar de todo. Desde los más recientes temas de actualidad a su infancia, amistades personales o lugar de residencia.
Según ha dado a conocer, vive en un hotel y no en los apartamentos papales como los anteriores papas porque necesita "amigos". Dice que le gusta relacionarse con la gente y que tiene pocos amigos, pero que los que tiene son de verdad. Y es que, según ha contado, necesita la cercanía de la gente. "Los papas de antes eran santos pero yo no puedo hacerlo, no soy muy santo. Necesito las relaciones humanas, entonces por eso vivo en el Hotel Santa Marta", explica. De hecho, normalmente, al finalizar sus declaraciones públicas suele pedir que recen por él, pero en este caso, pidió a aquellos que no recen que, al menos, le manden buenos pensamientos.
Muestra su lado más personal
En cuanto a hobbies, ha contado que le gusta bailar tango y que escucha música clásica. De hecho, bromeó con que alguien que no baila tango no es de Buenos Aires.
El pontífice contó que cuando era niño quiso ser carnicero, porque al que le compraba su familia llevaba siempre un cinturón lleno de dinero.
En la entrevista, Francisco insistió nuevamente en la idea de que los migrantes sean bienvenidos y que se integren a la sociedad. "Cada país debe decir cuántos migrantes puede recibir", dijo Francisco, pidiendo mayor solidaridad entre las naciones para aquellos que esperan encontrar una vida mejor en Europa.
El presentador mencionó las tensiones existentes entre Rusia y Ucrania, pero el Papa no quiso entrar en el tema, zanjándolo directamente con una contundente frase "La guerra siempre es destrucción".