Coronavirus
Los líderes de la Unión Europea comenzaron con poco optimismo y con posturas muy encontradas la cumbre que el presidente francés, Emmanuel Macron, calificó como la del "momento de la verdad". Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE tratan de cerrar un plan de recuperación de la crisis del coronavirus de hasta 1,85 billones de euros que saldrían del presupuesto comunitario para 2021-2027 y de un fondo de recuperación financiado con la emisión de deuda conjunta.
Llamadas a la responsabilidad
La gravedad de la situación fue corroborada por el presidente del Parlamento Europeo (PE), David Sassoli, quien reclamó a los líderes "responsabilidad" para que el acuerdo "no se posponga", ya que esto se podría traducir en una "nueva tormenta en la escena europea". "Sería una catástrofe para todos", afirmó Sassoli en rueda de prensa tras su intervención en el Consejo. Los llamamientos al acuerdo y a la responsabilidad de algunos líderes, entre ellos el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Instó a los mandatarios de los 27 a ser constructivos y a llegar a un acuerdo en el Consejo Europeo, que calificó de "histórico" por lo inédito de esta crisis del coronavirus, al tiempo que advirtió contra la posibilidad de imponer duras condiciones o vetos por parte de otros estados miembros. Sánchez insistió en que todos los líderes están convocados en Bruselas para conseguir un "buen acuerdo" para los europeos, que están sufriendo en primera persona las consecuencias del coronavirus, tanto las sanitarias, como las económicas y sociales. En la misma línea de Sánchez, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, dijo ser consciente de las diferencias existentes, pero confió en que se superen: "estoy convencido (...) no en interés de Italia y de los italianos, que han sufrido mucho, sino en interés de todos los ciudadanos europeos".
Muy difícil
Estas buenas intenciones quedaron eclipsados con la realidad que puso encima de la mesa la canciller alemana, Angela Merkel, a su llegada al Consejo Europeo: "espero unas negociaciones muy difíciles". Merkel destacó que las diferencias siguen siendo muy grandes y, aunque el acuerdo sería deseable a su juicio, dijo no poder predecir si se conseguirá. "Hace falta mucha capacidad de compromiso por parte de todos para lograr algo que sea bueno para Europa y para las personas de Europa, en vista de la pandemia, y para dar respuesta a las dificultades económicas con las que nos encontramos", afirmó la canciller.
Mark Rutte hace de malo
El principal escollo será superar las reticencias que plantean principalmente Países Bajos, Austria,Suecia y Dinamarca. El primer ministro holandés y líder de los países denominados "frugales", Mark Rutte, dejó claro que no es optimista sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo este fin de semana e instó a "concretar las reformas" como condición para negociar y respaldar un fondo de reconstrucción pospandemia basado en "subvenciones". Rutte advirtió de que "solo estará de acuerdo con las subvenciones, si se concretan las reformas". Otro líder de los "frugales", el canciller austríaco, el conservador Sebastian Kurz, se mostró en cambio "muy optimista" sobre las perspectivas de un acuerdo, pero "si no en esta cumbre en la próxima", apuntando a una posible nueva reunión en dos semanas, ya que no ve "insuperables" las diferencias que persisten. En cuanto al fondo de reconstrucción, Kurz dijo que Austria desea "redimensionar" de volumen (de actualmente 750.000 millones de euros) sobre todo en el ámbito de las transferencias directas no reembolsables, que por el momento están propuestas con 500.000 millones de euros.
Casado: no hay que insultar
El líder del Partido Popular, Pablo Casado, advirtió al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que el fondo europeo de recuperación se tiene que negociar “sin vender la piel del oso antes de cazarlo”, para evitar los “errores” que se cometieron con la fallida candidatura de Nadia Calviño al Eurogrupo. Casado subrayó que “hay que negociar bien y con respeto, sin insultar a los que te tienen que apoyar". Consideró que “no ayuda mucho que el vicepresidente Pablo Iglesias haya llamado paraísos fiscales a ciertos países” que apoyaron la candidatura irlandesa en la carrera por la presidencia del Eurogrupo.