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Alfie Evans es un bebé de trece meses que lleva enfermo desde Navidad, cuando fue ingresado con una bronquitis, un resfriado común y una infección en el pecho. Esas tres afecciones fueron demasiado para el pequeño, que cayó en un coma y tuvo que ser intubado para ayudarle a respirar.
Los médicos del hospital Alder Hay recomendaron entonces a los padres desconectar al pequeño, ya que no creían que Alfie fuera a despertar, según recoge The Sun.
Sin embargo, para sorpresa de todos, hace unos días el pequeño de apenas un año ha abierto los ojos, bostezado y se ha estirado, lo que ha dado esperanzas a sus padres. Aún así, los médicos insisten en que deberían desconectar la máquina de soporte vital. Los doctores, además, les han explicado a sus padres que no saben qué es lo que el menor tiene, y por tanto, desconocen cómo curarle.
El hospital ha sometido a Alfie en varias ocasiones a tests para ver su progreso, y puede estar hasta trece días sin el ventilador, pero no más ya que no tiene fuerza suficiente para respirar por sí solo tanto tiempo.
Thomas Evans, el padre del pequeño, quiso escribir un post en Facebook explicando la situación: "Los médicos dice que han agotado todas las posibilidades de descubrir qué es lo que le pasa a Alfie, incluso han consultado con el Great Ormond Street Hospital para tener una segunda opinión, pero tampoco saben qué es lo que falla, y por lo tanto, el Alder Hay Hospital nos pide que le desconectemos para dejarle morir en paz". "Nosotros debemos luchar porque Alfie viva en paz. No le dejaremos morir en paz", concluye.