EN REINO UNIDO
Richard Davies, de 29 años, decidió hacerse un tatuaje similar a la cicatriz de su pequeño hijo Bobby. Tras ser operado a corazón abierto para solucionar un defecto de nacimiento que le provocaba tener la mitad del corazón.
El tatuaje le costó a Davies cerca de 200 euros, y dos horas después, tenía una obra maestra en el pecho para demostrar a su hijo que no era raro por tener una cicatriz.
Los médicos del hospital Health, en Cardiff, confirmaron a los padres que el feto padecía de atresia tricúspide, el síndrome del corazón derecho hipoplásico y un defecto septal ventricular.
Afortunadamente, Bobby nació en el hospital St. Michael en Bristol en julio del pasado año y respiraba por sí mismo, por lo que no era necesario operarlo de inmediato. Tres meses después fue operado durante seis horas.
El pequeño Bobby tendrá que pasar por una segunda operación cuando tenga entre tres y cinco años a medida que su corazón vaya creciendo, según cuenta el medio Daily Mirror.