DESAPARECIDAS DESDE EL 31 DE ENERO
El padre de las mellizas suizas desaparecidas en Italia, Matthias Schepp, consultó desde su ordenador páginas de internet con consejos e información sobre las sustancias utilizadas en un envenenamiento, según se desprende de los análisis del ordenador realizados por los investigadores.
Los medios de comunicación italianos informaron de que éste es un nuevo dato que los investigadores toman en consideración para resolver el misterio sobre el paradero de las pequeñas Alessia y Livia Schepp, que se encuentran desaparecidas desde el pasado 31 de enero.
Los análisis del ordenador revelaron, además, consultas sobre los horarios del servicio de ferry que une Marsella con la isla de Córcega, una de las supuestas paradas que hizo Schepp antes de viajar a Italia, donde se suicidó arrojándose a las vías del tren cerca de la localidad de Cerignola, en el sur del país.
La policía italiana, por su parte, se centra ahora en la búsqueda de una grabadora que Schepp siempre llevaba consigo y en la que, según los investigadores, podría haber dejado un mensaje con información útil sobre lo sucedido. Los investigadores no descartan que Schepp hubiera enviado la grabadora a la madre de las pequeñas, como hizo con un sobre con dinero que había sacado de varios cajeros tras secuestrar a las niñas.
Asimismo, hoy la policía visionará en Cerignola los vídeos de seguridad de un bar de la localidad, cuya propietaria asegura que Schepp acudió al establecimiento junto a sus hijas, aunque por el momento no se han encontrado evidencias en las grabaciones.
El 29 de enero, Schepp recogió a sus hijas en Lausana (Suiza), donde vivían con su madre, para pasar con ellas el fin de semana, pero dos días después se perdió la pista de los tres. La última comunicación por parte de Schepp se tuvo el pasado 31 de enero, cuando envió una postal a su exmujer desde Marsella (Francia) en la cual le decía que estaba desesperado y que no podía vivir sin ella. Hace una semana, Schepp se suicidó arrojándose a una vía de tren en la estación de Cerignola (Italia), en cuyo aparcamiento se encontró el coche con el que viajó desde Francia.