Asesinato
El bebé presentaba lesiones como si hubiera sufrido un "accidente de tráfico o una caída desde un edificio de varios pisos".
Un hombre de 26 años está investigado por el presunto asesinato de su bebé de siete semanas. La autopsia ha confirmado que sufrió un catálogo de lesiones traumáticas, incluido daño cerebral catastrófico y hemorragias graves y lesiones por desgarros en los ojos.
El hombre, residente de Lancashire, Reino Unido, estaba a cargo del menor porque la madre se había ido a trabajar. El padre aseguró a los médicos que dejó de responder mientras le daba el biberón. Sin embargo, los médicos coincidieron en que las lesiones que sufría el recién nacido eran consistentes con "sacudidas forzadas y deliberadas".
Después de la muerte también se encontraron pruebas de antiguos incidentes de curación en el cerebro del bebé que sugerían que también hubo lesiones anteriores, señala el medio 'Dail Mail'. El fiscal del caso aseguró que las lesiones que sufrió el bebé no fueron causadas accidentalmente y que solo podrían ocurrir en una situación como un "accidente de tráfico o una caída desde un edificio de varios pisos".
La pareja se había separado unos meses antes. Eventualmente se reconciliaron, pero los problemas entre ambos persistieron. La madre ha explicado que, aunque su relación fue cuesta abajo después del nacimiento del bebé, no creía que hubiera un problema con su capacidad para cuidar a los niños.
El padre, en un primer momento, negó haberlo matado. Sin embargo, tras una investigación ha reconocido los hechos y se ha declarado culpable de homicidio involuntario. El hombre ha explicado que fumaba cannabis de forma recurrente y que ese día había fumado. "Los registros telefónicos muestran que estaba haciendo arreglos para comprar cannabis el domingo por la mañana en que mataron a Abel", apunta el fiscal.