Polonia
La historia ha conmocionado Polonia y ha traspasado fronteras. Un padre y su hija de 20 años han sido detenidos. Al parecer, mantenían una relación consentida. Los bebés eran fruto de esa relación, a excepción de uno, que nació después de que el padre violara a otra hija.
El macabro descubrimiento de los tres cadáveres en el sótano de una casa en Polonia sigue dando que hablar. Ante los hechos, se ha detenido a un padre y a su hija de 20 años puesto que, al parecer, mantenían una relación consentida. Los bebés eran fruto de esa relación, a excepción de uno, que nació después de que el padre violara a otra hija. La historia estremece.
La policía encontró los cadáveres enterrados en bolsas de plástico. El padre y la hija están detenidos por asesinato y por incesto. Él había afeitado la cabeza de su hija para que ningún hombre se le acercara. Medios polacos revelan la identidad de estas dos personas: Piotr Gierasik, de 54 años de edad, y su hija Paulina Gierasik, de 20 años. El diario británico 'Daily Mail' asegura que ambos se enfrentan a cadena perpetua por asesinato e incesto tras descubrir los restos en el pueblo de Czerniki, en el norte de Polonia. Los habitantes de la localidad en la que han tenido lugar los hechos "siempre sospecharon que algo andaba mal" con esta familia, precisa el medio británico.
Los servicios sociales habrían avisado a la policía, que se personó en el domicilio donde percibieron un olor extraño que salía de un sótano dentro de la casa. Tras inspeccionar la zona detalladamente, encontraron los cadáveres putrefactos de los tres niños que fueron arrojados al pozo negro. Mientras se espera a la celebración del juicio, padre e hija ya habrían ingresado en prisión.
'Super Express' ha recogido declaraciones de los vecinos de los detenidos, en las que cuentan que "el padre se quedó solo con los niños. Son muchos 10 o 12, los mayores ya se han ido". Este hombre también cuenta que el padre provocaba "buena impresión", incluso lo definen como "gente común y corriente".
Otro vecinos de la zona contó al diario polaco 'Fakt' que Piotr y Paulina hacían vida "como una pareja". "Ella lo llamaba por su nombre de pila. Caminaban de la mano. Hace unos meses, él le afeitó la cabeza para que otros chicos no la miraran. La joven lo admiraba como si fuera Dios", confesó.