SUDECIÓ EN DUBAI
El Gobierno noruego prometió respaldar judicialmente a la joven noruega que ha sido condenada en Dubai a un año y cuatro meses de prisión por mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, después de haber denunciado que fue violada.
"La sentencia en Dubai a una noruega que denunció una violación es contraria a nuestro sentido de la justicia. Le daremos apoyo en el proceso de apelación", manifestó el ministro de Asuntos Exteriores noruego, Espen Barth Eide, a través de su cuenta de Twitter.
El caso muestra "la posición legal de la mujer en muchos países" para expresar el compromiso del Gobierno noruego con los derechos de la mujer, especialmente en este caso. La prensa noruega se hace eco con estupor de lo ocurrido a su ciudadana, identificada como Marte Deborah Dalelve y de 24 años, que fue condenada por tomar alcohol y mantener sexo fuera del matrimonio.
La joven presentó una denuncia por violación el pasado marzo, cuando se encontraba de viaje de negocios por ese país y tras asistir a una fiesta. De regreso al hotel, bajo los efectos del alcohol, un compañero se la llevó a su habitación, en lugar de a la de ella, donde se produjo presuntamente la violación. La joven decidió presentar denuncia, por encima de que la advirtieron de que su caso no iba a prosperar en Dubai.
Lejos de lograr la atención que pretendía por parte de la policía, la mujer pasó varios días en una celda, hasta que finalmente entró en contacto telefónico con sus familiares y el consulado noruego. Gracias a las gestiones del consulado logró la puesta en libertad, en espera de juicio, periodo que ha pasado en una institución eclesiástica, sin salir del país puesto que las autoridades de Dubai le quitaron el pasaporte.
Finalmente esta semana se dictó sentencia contra ella, por la que se la declaraba culpable y era condenada a 16 meses de cárcel por relaciones sexuales fuera del matrimonio, beber alcohol y atentar contra la decencia. En declaraciones al citado diario, la mujer declara haber sido víctima de un "juego sucio", del que al parecer ni siquiera las autoridades de Dubai saben cómo resolver porque temen ahora las críticas internacionales.