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El opositor ruso Kara-Murzá, condenado a 25 años de prisión por alta traición

Tras más de un año en prisión preventiva, Rusia ha condenado al opositor Vladímir Kara-Murzá a 25 años de cárcel por expresar su rechazo a la guerra de Ucrania.

Alta traición, difusión de información falsa sobre actuaciones del Ejército ruso en la guerra y cooperación con una ONG declarada indeseable por Rusia. Estos son los delitos de los que se acusan al opositor ruso Vladímir Kara- Murzá. El juez Sergéi Podoprigoórov ha juzgado el concurso de todos ellos con una pena de 25 años de prisión y una posterior restricción de la libertad de un año y medio, tal y como pedía la Fiscalía. Además, tendrá que pagar una multa de casi 5000 euros y será obligado a no ejercer el periodismo durante los próximos siete años.

Vladímir Kara- Murzá cumplirá su pena en una de las cárceles de mayor seguridad del país. Se trata de la pena más alta impuesta desde la invasión de Ucrania.

Retorno "a las prácticas estalinistas del terror político"

En la última intervención del periodista ruso, afirmó que "no se arrepiente de nada" y que "ama a Rusia". El grupo de abogados del opositor ha informado que, a raíz de los dos envenenamientos que sufrió Kara- Murzá en 2015 y 2017, el periodista había sido diagnosticado una vez ya en la cárcel con polineuropatía, una enfermedad que afecta a sus piernas.

En octubre de 2022, Amnistía Internacional lo declaró "preso de conciencia" y condenó su retención.

"Hoy en día en Rusia abogar por la paz y el cese de la guerra es un crimen"

Decenas de periodistas escribieron una carta conjunta pidiendo la liberación del opositor y calificando de "infundadas" y "cínicas" las acusaciones, y condenaron la politización el proceso judicial abierto contra él alegando que es un "claro ejemplo" del retorno de Rusia "a las prácticas estalinistas del terror político".

Añadían que "Kara-Murzá es un auténtico patriota que en los primeros días de la guerra ya se pronunció contra la agresión rusa (...). Pero hoy en día en Rusia abogar por la paz y el cese de la guerra es un crimen".

La semana pasada compadeció por última vez ante el tribunal y comparó su juicio con los Juicios de Moscú que tuvieron lugar en 1930 bajo el mandato de Josef Stalin. Se negó a pedir la absolución y reiteró, una vez más, el orgullo en sus acciones.

Tras haber cumplido 15 días de detención por desobediencia policial, en abril de 2022, fue detenido por la difusión de "noticias falsas" sobre las formas de actuación de las fuerzas armadas rusas en Ucrania, algo que se estipula en el artículo 207.3 del Código Penal ruso.

Posteriormente, se le añadieron cargos por el discurso que dio en Arizona en marzo del mismo año, donde criticaba duramente las políticas de Putin y denunciaba la inacción por parte de occidente. Además, llamaba a sumarse a las protestas, que entonces tenían lugar en Rusia, en contra de la guerra.

Dos meses más tarde, en julio, lo acusaron también de formar parte de organizaciones criminales para el Kremlin, por su colaboración con dos ONGs rusas: 'Rusia Abierta' y la 'Fundación Rusia Libre'.

Por último, sumaron a la lista el delito de alta traición el haber cooperado presuntamente con países que pertenecían a la OTAN por sus discursos en Portugal, Suecia o Estados Unidos.

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