Guerra Israel-Hamás
Los camiones con ayuda humanitaria siguen paralizados mientras la situación no deja de empeorar en la Franja de Gaza.
La Franja de Gaza es un hervidero. Una olla a presión. Nadie puede salir y la ayuda humanitaria no puede entrar. Los gazatíes se agolpan en el sur del territorio para evitar los misiles de Israel que caen sin cesar. Casi 5.000 palestinos han muerto, y entre ellos, más de 1.000 niños. La ONU sigue presionando para que los camiones entren de una vez en territorio palestino. Un día más, esos camiones permanecen paralizados en la frontera.
Cuando sea autorizada, la primera tanda de ayuda humanitaria será de unos 20 trailers, aunque hay alrededor de medio centenar de camiones con agua, comida y medicamentos. Naciones Unidas confía en que el sábado sea el día en el que comiencen a repartir la ayuda. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha acudido a Egipto para ejercer más presión sobre la entrada de la ayuda.
Guterres asegura tener el corazón roto: "Esos camiones no son solo camiones. Son un salvavidas. Son la diferencia entre la vida y la muerte para mucha gente en Gaza". Recuerda que esto no es un negocio, se trata de rescatar personas en una zona de guerra y es por esa razón por la que la ONU pide "un alto el fuego humanitario".
Ver los camiones atascados en la frontera "hace ser muy claro" a Guterres: "Lo que necesitamos es hacer que se muevan. Hacer que se muevan al otro lado de este muro. Hacer que se muevan lo más rápido posible y el mayor número posible".
Asimismo, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha señalado que muchas vidas dependen de la entrada de esa ayuda humanitaria que accederá a Gaza por el corredor de Rafah.
Además, el líder de la OMS ha solicitado este que el cruce sea abierto durante el día y ha agregado que "más retrasos acabarán en más sufrimientos y muertes"