Invasión rusa de Ucrania
Rusia ha sido expulsada del Consejo de Derechos Humanos, con una mayoría absoluta de 93 países votando a favor, por los abusos cometidos durante su invasión de Ucrania.
Los países e instituciones de todo el mundo advirtieron de que emplearían mano dura contra Rusia si finalmente iniciaba una guerra con Ucrania. El Kremlin le restó importancia, Vladímir Putin anunció que iniciaba la ofensiva el pasado 24 de febrero, y son ya casi dos meses los que han pasado desde que comenzó la guerra, con un balance aproximado de 24.000 muertos.
Por ello, y como represalia, este mismo jueves, la ONU ha comunicado la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Era un secreto a voces que la propuesta, realizada por Estados Unidos, iba a salir adelante. Y así ha sido, con 93 países votando a favor, 58 absteniéndose, y otros 24 que han votado en contra.
Los 24 países que se han negado a expulsar a Rusia del Consejo de Derechos Humanos son Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Burundi, China, Congo, Corea del Norte, Cuba, Eritrea, Etiopía, Gabón, Irán, Kazajistán, Kirguizistán, Laos, Mali, Nicaragua, República Centroafricana, Siria, Tayikistán, Uzbekistán, Vietnam, Zimbabue y la propia Rusia.
Una importante medida diplomática
Pese a que la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos no va a repercutir directamente en su economía, sí que supone un detrimento diplomático para el Kremlin, que se ve más aislado internacionalmente, con una amplia mayoría de países votando a favor de la expulsión, puesto que la propuesta ha salido adelante por mayoría absoluta.
En total, han sido 93 los países que han votado a favor, habiendo un total de 175 que han votado, mientras que otros estaban ausentes, como era el caso de Somalia, Ruanda, Turkmenistán, Sri Lanka, Guinea, Kenia, Venezuela, etc. Países como Brasil, Egipto, Ghana, India, Irak, Malasia, Pakistán, Qatar, Senegal, Sudáfrica han optado por abstenerse.
De los países que han votado a favor, la mayoría proceden de la Alianza Atlántica, entre los cuales se encuentra España. Uno de los datos más curiosos es que Hungría ha votado también de manera favorable a esta propuesta, pese a que su jefe de gobierno, Víktor Orbán, trata de evitar incidentes con Rusia, alegando la dependencia energética que tiene su país del gas ruso.