DESCRIBE EL AMOR A SU HIJA Y A SU MARIDO
A Heather McManamy, una mujer de McFarland (Wisconsin, EEUU), le diagnosticaron cáncer de mama terminal en el año 2013. Tras recibir esta noticia sintió cómo su vida se desmoronaba, sólo de pensar que dejaría a su niña, Brianna, sin su madre. Sin embargo, Heather hizo de tripas corazón y comenzó a vivir cada día como su fuera el último escriendo cartas sobre sus sentimientos e inquietudes destinadas a su familia.
Heather falleció con tan solo 36 años, pero pidió a su marido publicara cada una de las cartas que había escrito para todas las personas que quería, y así lo hizo. Hace pocos días aparecía esa conmovedora carta de despedida en la cuenta de Facebook de su mujer, a la que Heather quiso dar un toque de humor y con la que pretendió transmitir una seguridad y una visión de la vida que ha provocado que miles de personas sientan admiración por su historia.
Así comienza el mensaje de Heather: "Bueno... Tengo buenas noticias y malas noticias. La mala noticia es que, al parecer, estoy muerta. La buena es que, si estás leyendo esto, definitivamente tú no lo estás (a menos que haya wifi en el más allá)". Y continúa: "Estoy terriblemente contenta de haber vivido una vida llena de amor, alegría y amigos increíbles. Tengo la suerte de poder decir honestamente que no tengo ningún remordimiento y que gasté cada segundo de mi energía. He vivido una vida plena".
Heather pide "por favor, por favor, por favor" que nadie le diga a su hija que está "en el cielo", añade que "en su cabeza eso significa que yo elegí estar en otro lugar y la abandoné. En realidad hice todo lo posible para estar aquí con ella ya que no hay ningún lugar en el mundo, NINGUNO, en que yo deseara estar que fuese a su lado y al lado de Jeff".
"Por favor, contadle a Brianna historias para que ella sepa lo mucho que la quise y lo orgullosa que estaba y que siempre estaré de ella (y haced que parezca que era más guay de lo que en realidad era). No había cosa que me gustara más que ser mamá (nada). Cada momento con ella era una felicidad que jamás pude imaginar hasta que ella llegó a nuestro mundo", describe Heather.
Asegura que no perdió "la batalla contra el cáncer", que "el cáncer puede que se haya llevado casi todo de mí, pero jamás se llevó el amor, la esperanza o la alegría que tenía. No fue una 'batalla', fue simplemente la vida que azarosamente es injusta y eso es lo que simplemente pasa a veces. No perdí, jolín. La manera en que viví durante años con cáncer es algo que considero una gran victoria".
Además, detalla la "increíble suerte de pasar más de una década" con el amor de su vida y su mejor amigo, su marido. "A pesar de toda esta mierda del cáncer, él nunca titubeó cuando mucha gente quiso salir corriendo. Incluso en los peores días que os podáis imaginar, hemos encontrado la manera de reírnos juntos. Lo amo más que a mi vida misma y, realmente, creo que un amor como este es tan especial que vivirá para siempre", confiesa.
"Me rompe el corazón tener que decir adiós", avanza Heather en su carta, que da las "gracias por la vida tan maravillosamente inspiradora y genial" que tuvo, especialmente a los doctores y enfermeras que cuidaron de ella.
"Si vais a mi funeral, abrid una cuenta en el bar y bailad porque me hará sentir orgullosa. Celebrad la belleza de la vida con una super fiesta porque sabéis los que os quiero y, aunque suene extraño, encontraré la manera de estar ahí también (ya sabéis que odio perderme algo divertido). Espero volverme a encontrar con cada uno de vosotros algún día, así que esto no es tanto un adiós, sino un hasta luego. Hacedme un favor y tomad algunos minutos cada día para reconocer lo frágil que es la aventura de vivir. Y no lo olvides nunca: cada día cuenta", finaliza.