Vuelo 17 de Malaysia Airlines
Resulta imposible para los ciudadanos holandeses olvidar aquel fatídico 17 de julio de 2014. También para la aerolínea Malaysia Airlines, que, cuatro meses antes, había visto desaparecer un avión, el misterioso MH370, que, a día de hoy, sigue sin ser encontrado. El vuelo de cuatro meses después, el MH17, es el retrato de una tragedia que se llevó por delante la vida de 298 personas inocentes, de las cuales 192 eran naturales de Países Bajos.
Ya a inicios de 2014, Rusia había empezado un conflicto militar en Crimea, invadiendo territorio ucraniano, y apoyando a las milicias rebeldes de las regiones de Donetsk y Lugansk, con quienes buscaba estrechar una alianza para arrebatar esa zona a Ucrania. Aquel fue el inicio de lo que sería la invasión ucraniana iniciada el 24 de febrero de 2022, y que actualmente sigue en curso, con miles de víctimas mortales, y sin una salida clara a la guerra.
Semanas después del estallido de la guerra en Crimea, un avión civil que tenía como destino la capital de Malasia, Kuala Lumpur, se llevó la peor parte del conflicto hasta entonces. La aeronave, que llevaba a bordo 298 personas, fue alcanzada por un misil lanzado por los separatistas prorrusos. Todas las personas murieron en el ataque, y se reclamaron responsabilidades que, sin embargo, siguen sin llegar ocho años después de la masacre.
Australia y Países Bajos llevan a Rusia ante la justicia
El misil que alcanzó el avión es el llamado 'Buk', que puede lanzarse hacia el aire y es de origen soviético. Los separatistas prorrusos han negado siempre su implicación en los hechos y culparon directamente a Ucrania, otro poseedor de esta especie de misiles, alegando que los militares ucranianos habían confundido el MH17 con el avión de Vladímir Putin y que habían intentado matarlo, pero que se habían equivocado al confundir las aeronaves.
Aquel día, Putin volvía de una cumbre en la que se había reunido con los líderes de Brasil, India, China y Sudáfrica, pero los ucranianos desmintieron rápidamente la versión rusa. Aseguraron que no existían garantías de que el avión del presidente ruso hubiera volado en Ucrania, y que veían imposible que Vladímir Putin se arriesgara a sobrevolar con su avión una zona en guerra, como lo estaba en aquel momento (y sigue estando actualmente) el Donbás.
El pasado mes de marzo, Australia y Países Bajos, coincidiendo con los primeros días de guerra en Ucrania, anunciaron que llevarían a Rusia ante la Organización Civil de Aviación Internacional para exigir responsabilidades a los rusos, cuando ya han pasado ocho años del accidente. De todas las víctimas, la peor parte se la llevó Países Bajos, con 192 ciudadanos a bordo, Malasia con 44, Australia con 27, y Reino Unido con 10.