EL PACTO NUCLEAR ENTRA EN VIGOR
Después de pactar en Ginebra, a finales de noviembre, el nuevo presidente de Irán, Hassán Rojaní y su ministro de Exteriores, fueron recibidos de vuelta en Teherán como héroes.
A cambio de limitar el enriquecimiento de uranio a fines civiles, las potencias occidentales aceptaban levantar de forma parcial las sanciones contra el país para aliviar su maltrecha, que sufre una alta tasa de inflación y desempleo.
Hace años que sobre todo Estados Unidos mantenía una negociación con Irán, años de tensión y sanciones pero sin resultado, hasta que el año pasado salió elegido un presidente iraní más moderado, al menos en su retórica.
El problema es que la comunidad internacional no acaba de creerse estas palabras e Irán tampoco se fía de sus interlocutores. Un arreglo firme y permanente, muy difícil de conseguir, representaría el mayor logro del presidente norteamericano en política exterior.
Esta satisfacción común entre América, Europa y Rusia no la comparten ni Israel ni los países árabes, que por una vez están de acuerdo. El pacto nuclear entra en vigor mañana. En Teherán reciben hoy al primer equipo de inspectores atómicos de la ONU encargado de verificar el compromiso de los iraníes con esel acuerdo.