ÚLTIMA ENTREVISTA ANTES DE SU VIAJE A PANAMÁ
El presidente de EE.UU., Barack Obama, dijo en una entrevista que los "cambios históricos" en la política hacia Cuba ya están dando "resultados" y, por otro lado, consideró que ni su país ni el resto de la región deben "mantener silencio" sobre la situación en Venezuela.
"No exagero al decir que nuestra relación con el continente americano es la mejor que hemos tenido en muchas décadas", subrayó Obama en la entrevista, la única concedida a un medio internacional antes de viajar a Panamá para participar, el 10 y 11 de abril, en la VII Cumbre de las Américas. Además de repasar las relaciones de Washington con Cuba y Venezuela, Obama reiteró su compromiso con los países de Centroamérica para resolver los factores que generan la emigración hacia el norte y con la reforma migratoria en EE.UU. para regularizar a millones de indocumentados.
Asimismo, adelantó que aprovechará la Cumbre de Panamá para impulsar la competitividad y el comercio en todo el continente, como forma de cerrar la brecha entre ricos y pobres. "Hemos visto un aumento en el contacto entre el pueblo de Cuba y Estados Unidos, y el entusiasmo del pueblo cubano hacia estos cambios demuestra que vamos por el camino correcto", aseguró el mandatario.
Según Obama, tras el histórico anuncio de normalización de relaciones hecho en diciembre, los diálogos bilaterales emprendidos con Cuba constituyen "las negociaciones más intensas y de más alto nivel de las últimas décadas" entre los dos países. "Nuestros diplomáticos están realizando progresos significativos y estoy convencido de que podremos llevar adelante la reapertura de nuestras respectivas embajadas", afirmó.
No obstante, el presidente matizó que esa reapertura es "tan solo una parte" del proceso de normalización de las relaciones diplomáticas, rotas desde 1961, y que los Gobiernos de Washington y La Habana ya han iniciado conversaciones sobre otros temas como aviación civil, derechos humanos y telecomunicaciones.
Obama insistió, por otro lado, en que su Gobierno y el de la isla siguen teniendo "diferencias significativas" sobre asuntos relacionados con los derechos humanos, y agregó que EE.UU. "siempre apoyará los valores universales como la libertad de expresión y la libertad de asamblea". "Durante la Cumbre de las Américas, me reuniré con líderes de la sociedad civil de toda la región, incluido Cuba", anticipó.
En cuanto a Venezuela, Obama consideró que ni EE.UU. ni el continente deben "mantener silencio" ante la situación en ese país, que se enfrenta actualmente a "retos enormes" y con cuyo Gobierno Washington sigue abierto al "diálogo directo". "No creemos que Venezuela sea una amenaza para Estados Unidos y Estados Unidos no es una amenaza para el Gobierno de Venezuela", aclaró Obama. "Pero seguimos muy preocupados por cómo el Gobierno venezolano sigue esforzándose por intimidar a sus adversarios políticos, incluido el arresto y acusación por cargos políticos en contra de funcionarios electos, y la erosión continua de los derechos humanos", añadió a continuación.
La orden ejecutiva con la que Obama autorizó en marzo sanciones contra funcionarios del Gobierno de Nicolás Maduro y declaró a Venezuela una "amenaza" para la seguridad de EE.UU. ha empeorado las ya conflictivas relaciones bilaterales. Pero ambos Gobiernos dieron este miércoles un paso que puede ayudar a rebajar las tensiones en vísperas de la Cumbre de Panamá con la reunión en Caracas entre el alto consejero del Departamento de Estado Thomas Shannon y la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, que supuso el encuentro bilateral de más alto nivel en años. A juicio de Obama, el "diálogo interno" para encontrar una "solución política a las divisiones que fragmentan a la sociedad venezolana" es el "mejor camino" para el país suramericano.
Sobre Centroamérica, el presidente anotó que seguirá "defendiendo" su petición de 1.000 millones de dólares al Congreso para apoyar el Plan de Prosperidad del triángulo norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), creado a raíz de la avalancha migratoria, sobre todo de menores no acompañados, que se vivió en la frontera sur en 2014. Esos fondos "son parte de nuestra estrategia elaborada para asociarnos con los países centroamericanos mientras tratan de resolver los factores subyacentes que han llevado a muchos en el pasado a realizar el viaje peligroso hacia el norte", argumentó.
Por otro lado, adelantó que en la Cumbre "alentará a todos los países del continente americano a ratificar el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio" de la OMC, consensuado en diciembre de 2013 y que establece medidas para facilitar el flujo de bienes en las aduanas, reducir la burocracia y multiplicar así el intercambio comercial. Pese a la "riqueza" creada en los últimos años, "un tercio de la población del continente todavía sufre de pobreza extrema" y esta realidad "no solo es un contrapeso al crecimiento económico, sino también un desafío moral para todos nosotros", enfatizó.