DURANTE LA CUMBRE DEL G20
El presidente ruso, Vladímir Putin, y su colega estadounidense, Barack Obama, constataron hoy durante su reunión en Antalya (Turquía) que aunque comparten el objetivo de luchar contra los yihadistas en Siria, mantienen diferencias sobre la táctica adecuada para lograr ese fin.
"Los objetivos estratégicos relativos a la lucha contra el Estado Islámico (EI) están muy próximos, pero las partes mantienen divergencias en cuanto a la táctica", informó el asesor de Putin para Oriente Próximo, Yuri Ushakov, citado por medios rusos, acerca de la reunión que mantuvieron los dos mandatarios durante la cumbre de líderes del G20, que se celebra en la ciudad turca de Antalya.
Putin y Obama, que aprovecharon la cumbre para hablar a solas pese a que el encuentro no estaba en su agenda, intercambiaron opiniones sobre "la situación bastante crítica" que vive el mundo en relación al terrorismo, sobre todo después de los atentados del pasado viernes en París que causaron 129 muertos y de los que se responsabilizó el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Además, Obama mencionó la importancia de que Rusia concentre sus esfuerzos militares en Siria en el grupo yihadista Estado Islámico (EI), agregaron las fuentes. Ambos líderes reconocieron que una solución al conflicto sirio es más importante ahora en vista de los atentados de París el pasado viernes, en los que murieron 129 personas.
Obama y Putin tomaron nota del progreso diplomático alcanzado en Viena en las pasadas semanas, incluyendo las áreas de acuerdo formuladas ayer por el grupo internacional de apoyo a Siria. Una transición política en Siria, que Rusia estima duraría unos 18 meses, debe venir precedida por negociaciones mediadas por la ONU entre la oposición y el régimen del presidente sirio, Bachar Al Asad, así como un alto el fuego.
Los principales aliados y detractores internacionales del régimen sirio tratan desde hace varias semanas de acercar sus posiciones para poner en marcha un proceso de paz en ese país. Por primera vez se reunieron en las pasadas semanas los ministros de Exteriores de los todos países involucrados de alguna forma en ese conflicto, incluyendo Arabia Saudí, aliado de la oposición siria, e Irán, principal aliado de Damasco.
En el centro de los debates sigue estando el futuro de Al Asad, pues mientras el bloque occidental (en el que se incluye a Arabia Saudí), exige que abandone el poder, Rusia e Irán sostienen que debe mantenerse, aunque no de forma indefinida.