La ayuda humanitaria cae sobre el Monte Sinyar. Esta vez los militares británicos han conseguido lanzar 10 toneladas.
Hace unas horas tuvieron que abortar la operación, por miedo a aplastar a los cientos de civiles que esperaban en tierra. Huyen de los yihadistas por el norte de Irak. Son yazadíes. Los radicales suníes han ejecutado ya a un millar. Les acusan de herejía, también a los cristianos. Miles han llegado a Erbil, la capital kurda, para evitar ser asesinados. Quieren un gobierno fuerte que eche a los islamistas. Para buscar una solución a la crisis iraquí, Estados Unidos ha forzado la caída del hasta ahora primer ministro, Nuri Al Maliki.
Por su parte, la Casa Blanca acusa al chií de fomentar, con sus políticas sectarias, el odio suní que alimenta al Frente islámico.
Ya hay nuevo sucesor, el vicepresidente del Parlamento, otro chií que deberá formar gobierno en 30 días.
Pero Al Maliki, antes el preferido de Washington, se resiste y amenaza con dividir aún más al país. La Unión Europea va a destinar 5 millones de euros más de ayuda humanitaria para asistir a los desplazados.