REAFIRMAN LA NECESIDAD DE FRENAR LA AMENAZA NUCLEAR DE COREA DEL NORTE
Barack Obama, ha insistido a su homólogo chino, Xi Jinping, a que "acate" las normas dictadas por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar con respecto a sus disputas con otros países por territorios del mar de China Meridional.
Obama subrayó la importancia de que China, signatario de UNCLOS, "acate sus obligaciones", lo que Estados Unidos ve "crítico para mantener un orden internacional basado en la ley", en un encuentro celebrado con Xi en Hangzhou, al este de China.
El mandatario estadounidense se refería, en concreto, a la decisión de China de ignorar un fallo en su contra, y a favor de Filipinas, resuelto el pasado julio por una corte de La Haya sobre las disputas entre ambos países por unos territorios del mar de China Meridional, en función a los preceptos marcados por la UNCLOS.
Estados Unidos, aseguró Obama, mantiene intacto su compromiso con la seguridad de sus aliados entre ellos Filipinas y continuará trabajando con todos los países de la región para defender los principios de las leyes internacionales, el comercio justo y la libertad de navegación y vuelo.
Por otro lado, durante su encuentro ambos líderes reafirmaron su compromiso para frenar la amenaza nuclear de Corea del Norte y fortalecer la coordinación para implementar las sanciones impuestas en contra de ese país por el Consejo de Seguridad de la ONU. No obstante, China se opone al plan de EEUU de desplegar el escudo antimisiles THAAD en Corea del Sur en respuesta a Pyongyang, ya que lo considera una amenaza a su territorio.
Obama pidió a Xi, asimismo, que adelante las reformas económicas en el país y que garantice un "campo de juego equilibrado" para sus empresas, después de quejas lanzadas la pasada semana por la Cámara de Comercio de EEUU, y discutió con el presidente chino el plan de Pekín para gestionar el exceso de capacidades de su industria.
En el plano positivo, los dos dirigentes se comprometieron a impulsar la cooperación en misiones de paz, la gestión de la crisis de refugiados, salud global, asistencia humanitaria y respuesta a desastres, así como en la coordinación de la situación en Irak y Afganistán. Admitieron, igualmente, el "efecto estabilizador" en las relaciones bilaterales del progreso alcanzado en los pasados dos años para reforzar la confianza entre los dos Ejércitos y se comprometieron a mejorar la cooperación en la lucha contra los narcóticos, en concreto los precursores de fentanilo.
En cuanto a ciberseguridad, ambos líderes abogaron por desarrollar un mecanismo para mejorar la cooperación legal, en medio de frecuentes acusaciones recíprocas de ciberespionaje. Además, condenaron "todas las formas de terrorismo" y decidieron mejorar el intercambio de información sobre terroristas extranjeros, incluyendo información biográfica de sospechosos e inteligencia.