SEGÚN UN INFORME DE LA ONU
Naciones Unidas ha alertado de que más de 25.000 combatientes extranjeros de alrededor de cien países mantienen lazos con las organizaciones terroristas Al Qaeda y Estado Islámico, siendo Siria e Irak "una verdadera escuela internacional para extremistas". Y lo más alarmante es que esa cifra ha experimentado un importante crecimiento. Ha aumentado un 71% en los últimos nueve meses.
Un grupo de expertos del organismo encargado de controlar las sanciones impuestas a Al Qaeda ha subrayado que junto a los 22.000 combatientes extranjeros presentes en Siria e Irak hay otros 6.500 en Afganistán, así como varios cientos más en Yemen, Libia, Pakistán y Somalia.
"Los que comen juntos y establecen lazos pueden atentar juntos"
El Consejo de Seguridad de la ONU reclamó en septiembre a este grupo de expertos que informara en un plazo de seis meses sobre el peligro que suponen los combatientes extranjeros que se han unido al Estado Islámico, el Frente al Nusra y otros grupos yihadistas.
"Los miles de combatientes extranjeros que han viajado a Siria e Irak viven y trabajan en una verdadera escuela internacional para extremista similar a lo que fue Afganistán durante los años noventa", han indicado en su informe.
"Los que comen juntos y establecen lazos pueden atentar juntos. La globalización de Al Qaeda y sus asociados, particularmente visibles con el Estado Islámico, pero también evidente con Al Qaeda en la Península Arábiga, crea una cada vez mayor red social transnacional", han valorado.
Así, han advertido de una amenaza de nivel medio por parte de la nueva generación de combatientes a través de redes sociales, ya que "permiten contactar a combatientes de diferentes comunidades de todo el mundo".
Por último, ha apuntado que una consecuencia no deseada de una eventual derrota del Estado Islámico en Siria e Irak sería el desplazamiento de combatientes extranjeros por el resto del mundo.