GUÍA DE LA IGLESIA CATÓLICA

Un nuevo decreto del Vaticano reafirma el celibato y que los gays no pueden ser sacerdotes

"La Iglesia, respetando a las personas afectadas, no puede admitir en el seminario ni en las órdenes sagradas a quienes practiquen la homosexualidad, presenten tendencias homosexuales profundamente enraizadas o apoyen aquello que se conoce como cultura gay", estipula el documento.

El Vaticano ha reiterado que los homosexuales o los que apoyen la "cultura gay" no pueden ser sacerdotes al tiempo que ha reafirmado la obligada abstinencia sexual, en un decreto sobre la formación de presbíteros publicado por el diario oficial de la Santa Sede, 'Osservatore Romano'. "La Iglesia, respetando a las personas afectadas, no puede admitir en el seminario ni en las órdenes sagradas a quienes practiquen la homosexualidad, presenten tendencias homosexuales profundamente enraizadas o apoyen aquello que se conoce como cultura gay", estipula el documento.

Se trata de una nueva guía complementaria de formación de un centenar de páginas, aprobada por el Papa, que actualiza una anterior versión de hace treinta años. La no admisión para el sacerdocio de personas que presenten tendencias homosexuales en el informe publicado este miércoles por el diario oficial del Vaticano no es ninguna novedad, ya que fue especificada por la Iglesia católica en 2005.

Con todo, la Iglesia católica hace una excepción para las "tendencias homosexuales que sean únicamente la expresión de un problema transitorio como, por ejemplo, el de una adolescencia todavía no terminada".

Asimismo, el documento recuerda la necesidad de una "imposición voluntaria de la continencia". "Sería gravemente imprudente admitir al sacramento de la orden a un seminarista que no haya alcanzado una afectividad madura, serena y libre, casta y fiel al celibato", se lee en el decreto.

La guía aborda, no obstante, numerosos otros temas, como por ejemplo, la necesidad de que los futuros párrocos también necesiten comprender "la realidad femenina".

También se dedica un espacio a la revolución digital. "Es necesario observar la prudencia que se impone en cuanto a los riesgos inevitables de la frecuentación del mundo digital, incluyendo las diferentes formas de dependencia que se puedan tratar por medios espirituales y psicológicos adecuados", recoge la directiva. "Será oportuno que las redes sociales formen parte de la vida cotidiana del seminario", agrega el documento.Por otro lado, señala como conveniente que se aprovechen "las posibilidades de las nuevas relaciones interpersonales, de encuentro con los demás, de confrontación con el prójimo y de testimonio de la fe", según el Vaticano, muy activo en las redes sociales.

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