Gritos de venganza y mucha sangre fría
Acababan de perpetrar la masacre en la redacción de Charlie Hebdo. Al grito de hemos vengado a Mahoma y demostrando mucha sangre fría vuelven a cargar sus kalasnikov, antes de emprender su huida. En ese momento, un coche de policía intenta bloquearles; uno de los hermanos Koachi se baja del Citroën negro robado y dispara.
Entre una lluvia de disparos el vehículo policial retrocede a toda velocidad, y de nuevo suenan las balas. En plena calle Cherif y Said sin atender a la petición de clemencia de uno de los agentes heridos, le rematan a sangre fría.
El tiro lo descarga Cherif, el menor de los terroristas. Es un yihadista bien conocido por los servicios de inteligencia franceses que le tenían vigilado. Fue condenado por primera vez en 2008 por haber participado en una red de captación y envío de combatientes a Irak.
De los 3 años impuestos cumplió 18 meses. En 2005 aparecía en un reportaje de la televisión francesa sobre los hijos de inmigrantes en Francia. En la cárcel conoció a Djamel Beghal, su reclutador, con el que se radicalizó aún más.