LA GRAN NEVADA
Estados Unidos ha sufrido su segunda mayor nevada en décadas. Las máquinas quitanieve seguían trabajando este domingo por toda la ciudad y los alrededores, compartiendo las labores con los habitantes, para limpiar las calles y la carreteras y preparar a la ciudad para recuperar su ritmo normal.
"La elección del momento oportuno no pudo ser mejor", afirmó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, en una rueda de prensa para hacer una evaluación del impacto de la tormenta de nieve y hacer nuevas recomendaciones.
"La elección del momento oportuno no pudo ser mejor"
Con una temperatura de -3 grados centígrados y una sensación térmica de -4 grados en el centro de Manhattan, los neoyorquinos realizaban las compras que no pudieron hacer a causa del temporal y, en los parques, eran numerosos los niños que disfrutaban de la nieve.
Las autoridades, sin embargo, hicieron llamamientos renovados para que se evite utilizar los vehículos particulares, porque eso limita los trabajos de las máquinas quitanieves, aparte de los peligros que representa el tráfico por el hielo de las vías.
"Deje su coche donde está", insistió De Blasio, quien señaló que "todavía hay riesgos, y si no es urgente, no utilice el vehículo". La nevada que sufrió Nueva York fue mayor de lo que habían previsto las autoridades teniendo en cuenta los pronósticos meteorológicos, ya que se esperaba cerca de la mitad de la nieve que finalmente cayó.
Las tareas de limpieza intensivas permitirán que este lunes se puedan reanudar las clases en Nueva York, no así en otras ciudades castigadas por la tormenta, como Washington DC, Baltimore y Jersey City, que han aplazado la reapertura. Todavía quedan labores pendientes en el sistema de transporte público, especialmente en los trenes que enlazan Nueva York con las áreas conurbanas, y también en los aeropuertos que sirven a la ciudad.
En el aeropuerto JFK, el mayor de la ciudad, cayeron 76 centímetros de nieve, lo que obligó a suspender 871 vuelos, y hoy estaban previstas 604 cancelaciones, según los datos difundidos hasta este mediodía. Washington DC, mientras tanto, con 43 centímetros de nieve registrados en el aeropuerto Ronald Reagan, vivió por su parte una nevada que está entre las cinco peores de su historia, aunque sin llegar al récord de 71 centímetros, alcanzado en 1922.