QUIEREN ELEVAR EL NIVEL DE INMUNIZACIÓN
El condado de Rockland de Nueva York (Estados Unidos) ha prohibido el acceso a espacios públicos como escuelas y centros comerciales a niños que no estén vacunados contra el sarampión, con el objetivo de combatir su peor brote de esta enfermedad en décadas.
Las autoridades de este condado, que se encuentra a unos 20 kilómetros al norte-noroeste de la ciudad de Nueva York, han declarado el estado de emergencia, y mantendrán la prohibición en vigor durante 30 días, o hasta que los niños no vacunados reciban la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR, por sus siglas en inglés).
"No nos quedaremos de brazos cruzados mientras los niños de nuestra comunidad están en riesgo. Esta es una crisis de salud pública, y es hora de dar la alarma", ha señalado el County Executive Ed Day en una declaración oficial. Se han confirmado 153 casos de sarampión en el condado de Rockland, la mayoría entre niños que no han sido vacunados.
La prohibición comenzará esta medianoche. Después de esta hora, no se permitirá a los niños no vacunados en zonas como lugares de culto, escuelas y centros comerciales. Los espacios al aire libre están excluidos de la prohibición. Las personas que no pueden ser vacunadas por razones médicas están exentas.
El brote comenzó cuando un viajero visitó Israel y regresó a un barrio judío predominantemente ultraortodoxo del condado de Rockland. También ha habido al menos 181 casos confirmados de sarampión en los municipios neoyorquinos de Brooklyn y Queens desde octubre, la mayoría entre judíos ortodoxos, según el departamento de salud de la ciudad.
Los brotes en Nueva York y Washington comenzaron después de que los viajeros estadounidenses detectaron el sarampión en países extranjeros, donde la enfermedad estaba proliferando, y lo llevaron de vuelta a lugares donde las tasas de vacunación eran demasiado bajas para los estándares de salud pública de Estados Unidos.
La enfermedad se ha propagado sobre todo entre niños en edad escolar cuyos padres se negaron a vacunarlos, citando razones tales como creencias filosóficas y religiosas, o preocupaciones de que la vacuna triple viral pudiera causar autismo.
Las autoridades dicen que los brotes de sarampión ofrecen una lección sobre la importancia de mantener un nivel mínimo del 95 por ciento de inmunización contra enfermedades peligrosas y prevenibles como el sarampión. En algunas partes de Nueva York, donde se propagó el sarampión, se encontraron tasas tan bajas como del 60%, señaló en febrero el comisionado de Salud del estado, Howard Zucker.
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